12. No hay devoluciones

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Aún con mi rostro escondido en la almohada, extendí mi mano hacia mi mesa de noche en busca del celular. La alarma había empezado a sonar y no estaba dispuesta a levantarme, sin embargo, debía hacerlo.

Logré encontrarlo en el tercer intento de búsqueda. Lo tomé y apagué la bulliciosa alarma.

Mí pies tocaron el acolchado piso de mi habitación y al tanteo logré encontrar las pantuflas edición limitada de Naruto que Sirilak me regaló por mi cumpleaños número dieciséis.
La cabeza aún me punza, había llorado tanto que existía la gran posibilidad de que me encontrara deshidratada, mamá había dicho eso antes de ir al trabajo.

Me puse de pié, fui hasta el espejo, tomé mis gafas y me las puse. Me miré detalladamente el rostro, tenía los ojos levemente hinchados y ni que hablar de mis labios, realmente estaba de mal en peor. Tenía que solucionar esto.

La noche anterior me comuniqué con Namtan. Le dije que no me sentía segura de hacer esto. No era mentira. Me gustaba la idea de tenerla a mi lado, tener su atención, pero, no era amor lo que sentía por ella. No podía hacerle eso a alguien que tenía buenas intenciones conmigo, mientras yo inconcientemente buscaba reemplazar aquella falta. Reemplazar a Love.

Tuve la suerte de que ella comprendiera mi posición.

La puerta de mí habitación sonó.

— Adelante.— Dije arrastrando la palabra. Me tiré nuevamente hacia mí colchón.

— ¡Heeeeey! ¿Cómo está la hermana más hermosa del mundo? — Sirilak hablaba en tono feliz.

— Tu hermana la más hermosa está a punto de caer en lo profundo y oscuro de la depresión —

— Siéntate que tienes que comer.—

Escuché el sonido del plato mientras era dejado en mí mesa.

— Liiiiiing. Mí apetito ahora es equivalente a mi amor por los deportes.— Levanté la cabeza para poder ver a mí hermana.— ES NULO.— Dejé caer mí cabeza nuevamente.

— Déjame intentar a mí…— En cuanto escuché la voz de mí mejor amiga, también sentí sus manos en mis tobillos. Dió un jalón.

— ¿Orm… AAAAAAAA

Terminé cayendo fuera de mi cama. Mis glúteos fueron los que recibieron todo el impacto.

— De una u otra manera tenías que salir de esa cama.— Estaba orgullosa de su trabajo.

Miré hacia arriba y pude ver a Orm señalándome con un dedo directamente al rostro. Asomé mí cabeza y tras ella estaba Sirilak tratando de evitar reír.

— ¿Por qué tanta violencia?.— Me quejé mientras me ponía de pie y daba masajes en mis glúteos.

— En la cama y llorando, no solucionarás nada.—

Me asomé a buscar de dónde provenía la voz de View. Logré verla de pié, recostada en el umbral de la puerta.

— ¿View? ¿Cómo apareciste tan de repente?.— Pregunté sorprendida. Hace un momento no la había visto.

— Todas estamos aquí desde muy temprano.—

— ¿Todas?.—

— Holaaaa.— June se asomaba mientras agitaba su mano en saludo.

— ¡Milk, estás viva!— Freen corrió hacia mí mientras me abrazaba.

— ¿Debería estar muerta?.— Respondí mientras correspondía a su abrazo.

— Yo también estoy aquí.— Rebecca fue la última en ingresar.

— ¿Vino alguien más?.— Pregunté asomándome.— No sé, quizá mí maestra de primaria Engfa Waraha…

MISMO LUNAR [MilkLove & LingOrm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora