7. La misión

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Narrador Omniciente


En un abrir y cerrar de ojos llegó el día LUNES.

El día menos amado por todos los seres humanos y para Milk, su sentencia de muerte. Love no respondió ninguno de sus mensajes durante todo ese fin de semana, dejándola con una sensación de frustración e impotencia que la consumía casi por completo.

Sábado y domingo trató de concentrarse en las siete hojas del informe que debía estudiar, cada vez que intentaba leerlo, el bullicio de la reunión en la casa de Love se colaba por las paredes y la distraía sin remedio.

Ese fin de semana Love había realizado una pequeña reunión en su casa a la cual habían asistidos Rebecca, Freen y muy inesperadamente Jordan. 

Las siete hojas quedaron en el olvido en cuanto Milk percibió la presencia de él en el patio trasero de la casa de Love, sintió una punzada de celos que no pudo reprimir. Era la misma sensación que había experimentado días atrás en el instituto: el deseo desesperado de estar en su lugar, de ser quien acompañara a Love, de ser quien recibiera esa sonrisa que tanto la fascinaba.

Se maldijo a sí misma por no haber sido capaz de aceptar antes lo que realmente sentía, por haberse escondido en la aparente comodidad de una amistad que ahora se le antojaba frágil e insuficiente. Ambas se querían, ambas lo sabían en el fondo… ¿Pero cómo recuperarla ahora? ¿Cómo enfrentar el abismo que se había abierto entre ellas? Love ni siquiera parecía querer estar a solas con ella, lo que hacía imposible hablar del tema.

Las clases habían iniciado, su cabeza estaba agachada con dirección en su cuaderno de notas, mientras que con su mano y su nuevo lapicero hacía garabatos tratando de concentrarse en lo que había logrado entender del informe de Love. Se había prometido dejar de pensar en ella hasta después de su presentación, pero fue imposible, Love invadía cada rincón de su mente, cada pensamiento. Incapaz de resistir más, giró levemente su cabeza, hasta que su mentón quedó alineado con su hombro derecho, y sus ojos la buscaron, casi como un reflejo. Al localizarla en su pupitre, ambos pares de ojos se encontraron con la misma inmediatez y magnetismo de siempre. Milk esbozó una sonrisa, pero Love, al notarla, desvió rápidamente la mirada hacia su cuaderno. Fue como un golpe directo al estómago.

Milk sintió cómo su concentración se disolvía por completo. No solo estaba tratando de evitar pensar en Love para poder enfocarse en el informe, sino que ahora también le daba vueltas al motivo por el que Love había ignorado su gesto.

Entonces, su turno había llegó.

El maestro llamó a Limpatiyakorn y Vosbein, la pareja disparej

Una, experta en el tema, y la otra… perdida en sus pensamientos, al punto de no tener claro ni su propio rumbo. Esto definitivamente sería una mancha en su expediente estudiantil.

— Estoy condenada a trabajar en un Mc'Donalds de por vida —Milk pensó dramáticamente antes de salir al frente.

Para suerte suya, Love respondió todas las preguntas realizadas, logrando que como pareja obtengan un puntaje destacado en aquel trabajo. 

Milk, con la cabeza gacha fue hasta su asiento, nada más podría empeorar su día. 

— ¿Irás conmigo al comedor o primero irás a dejar los libros? —Orm arreglaba sus pertenencias dentro de su mochila. Había presenciado a detalle cada momento y sabía que su amiga Milk no estaba bien. 

— Creo que primero iré a dejar esto —Milk tenía los labios fruncidos, estaba tratando de no llorar— les daré el alcance en cuanto termine ¿De acuerdo? —Milk tomó ambos libros y salió del salón sin esperar a Orm, la biblioteca quedaba cerca del comedor y fácilmente ambas pudieron haber ido.


MISMO LUNAR [MilkLove & LingOrm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora