𝟬𝟭 • 𝗖𝗮𝗰𝗵𝗼𝗿𝗿𝗮

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Había huido.

No sabía muy bien cómo lo había logrado, pero había huido.

No podía regresar, ni quería tampoco, pero sabia que los hombres que la estaban escoltando a la casa de su nuevo pretendiente no la iban a dejar ir tan fácil, y menos con un plan tan tonto como el de bajar la ventallina poner la escusa de que "necesitaba aire fresco", cambiar a su forma de loba y correr hasta perderlos... Pero por ahora estaba funcionando.

Corría rápidamente, con sus patas haciendo el menor ruido posible en la oscuridad, aquel repentino corte de luz la estaba ayudando enormemente, y el hecho de actuar como una tonta mimada con los guardias también estaba sirviendo.

Porque, ¿Qué se puede esperar de una joven omega que nunca tuvo que hacer nada en la vida?

A pesar de eso, Hermione Granger no era la inútil que todos veían.

Si bien su plan no era muy elaborado, había pensado en varios detalles, como perderlos en el barrio pesquero de la ciudad, así su olor se camuflaba más, se había revolcado en un par de charcos para disimular su aroma, y se sentía completamente asqueada.

Por otro lado, se había puesto perfume antes de salir con la escusa de 'estar presentable' para otro de sus pretendientes.

Su aroma natural era muy dulce, Hermione olía a manzanas y caramelo, siendo este ultimo mas distintivo, era muy empalagoso para cualquiera, y era su peor enemigo en aquella huida.

Pero a pesar de eso, todo iba a la perfección, y cada vez su loba podía sentir más y más cerca a su destinado.

Siguiendo a su corazón, agitado en su pecho, podía sentir la presencia que tanto la atraía desde hacía tiempo atrás.

Según ella (y respaldado por su abuelita), su alma predestinada.

Cuando lo sintió lo suficientemente cerca, intento llamarlo, desde su interior, buscando que su loba se comunicara con el otro.

El llanto vino desde su corazón, pero no salió por su hocico, se mantuvo en su interior, con la esperanza de que sea escuchada.

De pronto sintió la cercanía con su predestinado aumentar, cada vez más.

A pesar de que no conocía esas calles sabía hacia dónde ir.

Siguió llorando en su interior para que el otro lobo la encontrara, hasta que sintió que estaba en peligro y que debía esconderse, al ver las sombras que la seguían desde atrás, se refugio en un callejón.

Escuchar las voces de sus guardias sólo la asustó más, y por un momento temió que la hubieran encontrado, pero los hombres siguieron por otro lado, ella los vió pasar, escondida tras unas bolsas de basura apestosas.

La presencia de la otra persona fue lo que le dió tranquilidad, lloró una vez más por quien se encontraba a unos metros de ella.

Hermione escuchó los pasos acercarse.

De nuevo, Draco tomó la bolsa de basura, sin nadie esta vez para despertarlo, la corrió bruscamente, con su lobo interno despierto y arañando por proteger a su algo.

Vió con confusión la bola de pelos que se escondía tras la basura, de un pelaje castaño sucio, una cachorra canina alzó la vista hacia él.

Sus ojitos de perrito triste, de un cálido color marrón, hicieron a Draco querer protegerla ante toda costa.

Sin pensarlo y sin importarle ensuciar su ropa, tomando al animal en brazos, acarició bajo el mentón a la criatura, sintió su lobo en su pecho, como si estuviera contento, como si estuviera haciendo lo correcto.

𝗗𝗲𝗹𝘁𝗮 | 𝗱𝗿𝗮𝗺𝗶𝗼𝗻𝗲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora