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Al día siguiente, Joong se levantó con el sol matutino filtrándose por las ventanas. Aún adormilado, caminó hacia la cocina, sus pasos lentos y pesados. Pero al llegar, se quedó inmóvil, completamente hipnotizado por la escena que tenía frente a él.

Dunk estaba de pie frente a la estufa, concentrado en hacer el desayuno. La luz de la mañana reflejaba suavemente sobre su pequeña cintura, visible bajo la camisa blanca que Joong le había prestado para dormir. La camisa le quedaba holgada, pero de alguna manera, eso solo realzaba la delicadeza y el encanto del omega.

Dunk, sintiendo la presencia de Joong, se volteó y sonrió al alfa.

—Buenos días, Joong —dijo Dunk con una voz suave y alegre.

Joong, todavía aturdido por la visión, sonrió de vuelta, sus mejillas sonrojándose ligeramente.

—Buenos días, Dunk —respondió, su voz aún un poco ronca por el sueño.

Dunk puso el desayuno en la mesa, moviéndose con una gracia natural que Joong no podía dejar de admirar. Los platos estaban llenos de comida deliciosa, preparada con esmero.

—Espero que te guste. Quería agradecerte por todo lo que has hecho por mí —dijo Dunk, su sonrisa radiante.

Joong se acercó a la mesa, todavía maravillado por la dedicación y el cuidado del omega.

—Gracias, Dunk. Se ve delicioso —dijo Joong, sentándose a la mesa y mirando a Dunk con gratitud y admiración.

Dunk estaba a punto de sentarse cuando su teléfono sonó. Al ver el nombre de "P'Force" en la pantalla, sonrió y se alejó un poco para contestar la llamada.

—¡Hola, P'Force! —dijo Dunk con entusiasmo, su voz llena de alegría.

Joong observó cómo el omega se alejaba, sintiendo un pequeño nudo de celos formarse en su estómago. Dunk parecía tan feliz hablando con Force, y eso le molestaba más de lo que quería admitir. Desvió la mirada y se concentró en su desayuno, tratando de ignorar la sensación incómoda.

Después de unos minutos, Dunk regresó a la mesa, aún con una sonrisa en el rostro. Pero al ver la expresión de Joong, su sonrisa se desvaneció un poco.

—Joong, ¿qué te pasa? —preguntó Dunk con preocupación.

Joong levantó la mirada y trató de sonreír, aunque no pudo evitar que se notara un poco de su incomodidad.

—No es nada, Dunk. Estoy bien —respondió Joong, tratando de sonar convincente.

Dunk frunció el ceño ligeramente, sin estar completamente convencido.

—¿Seguro? —insistió Dunk, acercándose un poco más a Joong.

Joong suspiró y asintió, tratando de calmarse.

—Sí, seguro. Solo... me distraje por un momento. Vamos a disfrutar del desayuno —dijo Joong, tratando de cambiar de tema.

Dunk lo miró por un momento más antes de asentir y sentarse. Aunque no estaba del todo convencido de la respuesta de Joong, decidió no presionarlo más. Ambos comenzaron a comer en silencio, aunque Dunk seguía lanzando miradas preocupadas al alfa, mientras Joong luchaba por mantener su compostura y no dejar que los celos se apoderaran de él.



Joong condujo con cuidado mientras Dunk observaba el paisaje pasar rápidamente por la ventana. Cuando llegaron a la cafetería, Dunk se volvió hacia Joong y le dio una sonrisa agradecida. Joong se inclinó un poco y le devolvió la sonrisa, sintiendo una mezcla de orgullo y aprecio por el omega.

Destino en Bangkok (Prt.2) - JoongDunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora