Leave it to Forster. / Edgar&Colette. / Brawl Stars

¿Quien eres ahora?

Mi nombre es Piper Isabella Valentine, tengo 21 años, cumplí los 21 en enero de este año.

A los 15 años, viaje de aquí, mi pueblo natal hacia el norte de la capital para cursar la preparatoria.
Mi madre se fue conmigo a vivir por allá durante ese periodo, pero regrese acá para abrir este negocio.

Allá, conocí a Edgar. El había entrado a estudiar 3 días después del resto, su llegada fue extraña.

El lucia sombrio, sus ojos parecían ser de alguien muerto en vida. Siempre llevaba una expresión amenazante, y no le hablaba a nadie.

El despertaba un poco mi curiosidad, pero aveces prefería ignorarle ya que no quería que el grupo de compañeros con el cual me juntaba fueran a señalarme y a excluirme, solo quería ser parte de algo.

No quería quedarme fuera, no quería estar sola, por lo cual apoyaba o no hacia nada cuando ellos acosaban o molestaban a otras personas. Pensaba: "Oh no, ¿que debo hacer? No tengo más gente, no quiero estar sola de nuevo."
Así que lo único que hice fue hacer lo que ellos quisieran.

Eran dos chicos y tres chicas, ellas eran sumamente guapas, y ellos eran bastante populares y mujeriegos.

Un día, íbamos por el pasillo de camino a la azotea del establecimiento, ya había acabado el receso pero íbamos hacia allá para no entrar a clases.

Cuando íbamos a mitad de camino, vimos a Edgar dirigirse hacia acá, iba de camino al salón. Este iba con unos libros en mano, viendo recto, no parecía que nos viera.

Al verlo, los chicos se susurraron que se toparian con el apropósito para tirarle sus libros de la mano, y con ello, le armarían pleito para ver de que sería capaz. Las chicas estuvieron de acuerdo, mientras yo, quería decirles que no pero mi necesidad de aceptación me dejo muda.

Ya estando el muy cerca, lo ejecutaron, y lo lograron, sus cosas estaban en el suelo. Edgar callo de espaldas, no dijo nada, solo recogió sus cosas y quería seguir su trayecto, pero ellos lo detuvieron poniéndose frente a él y amenazandolo empezaron a encararlo hablándole fuerte.

- ¿Que te pasa imbecil? ¿Que pretendes?

- ¿Así eres? ¿Tiras a los demás y luego recoges tus cosas y te vas? Vaya imbecil, ¿esta vez no te funcionó verdad?

Edgar solo se quedó de pie, viendo hacia un lado.

Uno de ellos le empujó y le exigió:

- ¡Mírame a la vara cuando te hablo hijo de puta!

Edgar demoro, pero finalmente le vio a la cara.

Las chicas dijeron: "Que asqueroso" yo estaba queriendo decir algo, pero mis palabras no salían.

Edgar repentinamente, frunció una sonrisa de confianza, entrecerrando la mirada con desafío.

- ¿Dos contra uno? ¿Tienen un huevo cada uno que deben juntarse para hacerle frente a un hombre de verdad?

Al escucharle defenderse sin titubear, estaba fascinada.

- ¿Que dices pedazo de mierda?

- Lo que haremos es dejarte con las bolas en la garganta.

- ¿Así como los tiene siempre tu madre? De verdad que es placentero escucharla hacer gárgaras.

Ellos se molestaron realmente y se dirigieron a él cerrando los puños. Uno de cada lado.

Edgar solo retrocedió y tiro sus cosas, metio su derecha en el bolsillo y burlón les dijo algo:

- Ahora mismo les enseñaré que es ser un hombre real, par de pendejos con regla.