El Sultan de Dorne Que Se Convirtió En El Sultan Del Mundo

capitulo 26

Capítulo 26: El Baile en el palacio

El día del baile en el palacio finalmente llegó. Margaery había trabajado incansablemente para asegurarse de que todo estuviera perfecto. Las invitaciones habían sido enviadas a todos los nobles de la región y el palacio estaba decorado con flores y velas.

Sansa se vistió con un hermoso vestido de seda azul y se reunió con Ellaria y Margaery en el salón principal. "¿Cómo me veo?", preguntó.

Ellaria sonrió. "Eres hermosa", dijo. "Suleimán no podrá quitarte los ojos de encima".

Margaery asintió. "Sí, estás impresionante", dijo. "Vamos a bajar y recibir a los invitados".

El baile comenzó y el salón principal se llenó de nobles y damas. Sansa bailó con Suleimán y luego con algunos de los nobles invitados. Se sentía un poco incómoda al principio, pero pronto se relajó y disfrutó de la música y la compañía.

Mientras tanto, Ellaria y Margaery estaban ocupadas asegurándose de que todo estuviera en orden. Ellaria se acercó a Sansa durante un descanso en la música. "¿Cómo te sientes?", preguntó.

Sansa sonrió. "Me siento bien", dijo. "Estoy disfrutando del baile".

Ellaria sonrió de vuelta. "Me alegra", dijo. "Suleimán se ve muy feliz contigo".

Sansa se sintió un poco más segura, sabiendo que Ellaria la apoyaba.

De repente, un noble se acercó a ellas. "Sansa, ¿puedo tener el placer de bailar contigo?", preguntó.

Sansa dudó por un momento, pero luego asintió. "Claro", dijo.

Mientras bailaban, Sansa se dio cuenta de que el noble era muy atractivo y carismático. Se sintió un poco atraída por él, pero luego recordó que estaba casada con Suleimán y se sintió culpable.

El noble, cuyo nombre era Lord Thomas, parecía muy interesado en Sansa. Le preguntó sobre sus intereses y pasatiempos, y Sansa se encontró hablando con él como si fueran viejos amigos.

Después de un rato, Suleimán se acercó a ellos. "Sansa, ¿puedo robarte un baile?", preguntó con una sonrisa.

Sansa sonrió de vuelta. "Claro, mi amor", dijo.

Mientras bailaban, Suleimán le susurró al oído. "Estás hermosa esta noche", dijo. "Me siento muy afortunado de tenerte como mi esposa".

Sansa se sintió un poco más segura, sabiendo que Suleimán la amaba y la apreciaba.