El Sultan de Dorne Que Se Convirtió En El Sultan Del Mundo

Capitulo 30

Capítulo 30: La sentencia

Suleimán se pasó horas pensando en lo que Lord Thomas le había dicho. No podía creer que su amigo y consejero hubiera desarrollado sentimientos por su esposa. Finalmente, tomó una decisión.

Convocó a Lord Thomas a su despacho y le dijo: "Lord Thomas, has traicionado mi confianza. Has dicho que quieres cortejar a mi esposa, Sansa. Eso es un ultraje".

Lord Thomas se arrodilló. "Mi señor, lo siento. No quería ofenderlo".

Suleimán se levantó. "No hay perdón para esto. Te condeno a un juicio por combate. Si ganas, podrás cortejar a Sansa. Pero si pierdes, serás ejecutado".

Lord Thomas se levantó, pálido. "Mi señor, por favor... No quiero luchar contra usted".

Suleimán lo interrumpió. "No hay lugar para la piedad aquí. El juicio será mañana. Prepárate".

Al día siguiente, el palacio se llenó de gente para presenciar el juicio por combate. Suleimán y Lord Thomas se enfrentaron en el centro del patio, con espadas en mano.

"Comienza", dijo Suleimán.

La lucha fue intensa, con ambos luchadores intercambiando golpes y esquivando ataques. Lord Thomas era un buen espadachín, pero Suleimán era el mejor.

Después de varios minutos de lucha, Suleimán emergió victorioso. Lord Thomas yacía en el suelo, derrotado.

Suleimán se acercó a él. "Has perdido", dijo. "Serás ejecutado".

Lord Thomas miró a Sansa, que estaba en la multitud, y sonrió débilmente. "Lo siento", dijo.

Suleimán asintió. "La sentencia se cumplirá".

Los guardias se acercaron a Lord Thomas y lo llevaron a la ejecución.

Sansa se quedó conmocionada. No podía creer que Suleimán hubiera condenado a muerte a Lord Thomas por sus sentimientos hacia ella.

Margaery se acercó a ella. "Sansa, lo siento", dijo. "No sabía que Suleimán reaccionaría de esta manera".

Sansa sacudió la cabeza. "No es culpa tuya", dijo. "Es culpa mía. Debería haber sido más cuidadosa con mis sentimientos".

Margaery la abrazó. "No te culpes, Sansa. Lord Thomas tomó su propia decisión".

Pero Sansa no podía evitar sentirse culpable. Sabía que Lord Thomas había muerto por sus sentimientos hacia ella.