El Sultan de Dorne Que Se Convirtió En El Sultan Del Mundo

Capitulo 47

Capítulo 47: El último combate

La batalla de Winterfell había llegado a su punto culminante. Los Caminantes Blancos, liderados por el Rey de la Noche, habían superado las defensas de los vivos y estaban a punto de entrar en la fortaleza. Jon Snow, herido y exhausto, se encontraba atrapado en el patio, rodeado de enemigos.

Freydis, con su espada en mano, luchaba valientemente junto a Jon, pero sabía que no podían mantenerse así por mucho tiempo. Sulleyman, con el hacha de Erick el Rojo en mano, se acercó a ellos, listo para unirse a la lucha.

"¡Sulleyman, no!" gritó Freydis. "¡No te arriesgues!"

Pero Sulleyman no la escuchó. Con una determinación férrea, se lanzó hacia el Rey de la Noche, hacha en mano. El Rey de la Noche, sorprendido por la valentía de Sulleyman, intentó atacarlo, pero Sulleyman esquivó sus golpes con facilidad.

"¡Recuerda las palabras de Erick el Rojo!" gritó Freydis. "¡La verdadera fuerza viene del corazón!"

Sulleyman recordó las palabras de Freydis y se acordó del regalo que ella le había dado: el hacha de Erick el Rojo. Con un grito de batalla, Sulleyman descargó el hacha sobre el Rey de la Noche, golpeándolo con toda su fuerza.

La hoja del hacha, forjada en el hierro de las montañas de Dorne, brilló con una luz azulada al golpear al Rey de la Noche. El Rey de la Noche intentó resistir, pero la fuerza del hacha y la valentía de Sulleyman fueron demasiado para él.

Con un último golpe, Sulleyman derribó al Rey de la Noche, poniendo fin a la Larga Noche y salvando a los Siete Reinos de la destrucción.

Los vivos, liderados por Jon Snow, Daenerys, Freydis y Arya, celebraron la victoria de Sulleyman, quien había demostrado que la verdadera fuerza viene del corazón. La batalla de Winterfell había terminado, y los vivos habían obtenido la victoria gracias a la valentía de Sulleyman y el poder del hacha de Erick el Rojo.

Mientras Sulleyman se levantaba, cubierto de sangre y sudor, Freydis se acercó a él y lo abrazó. "Eres un verdadero héroe", le dijo. "Erick el Rojo estaría orgulloso de ti".

Sulleyman sonrió, agotado pero satisfecho. Sabía que había hecho algo grande, algo que cambiaría el curso de la historia. Y sabía que siempre tendría el apoyo de Freydis y los demás, porque juntos habían logrado lo imposible.