Después de caer del techo, quedó inconsciente y no recordaba absolutamente nada, solo las voces. Voces que sonaban en su cabeza y otras más lejanas, hablando sobre sus hermanos, insinuando un peligro en su desconocida ubicación.
¿Cómo había pasado todo esto? Estaba luchando a la perfección, sintiéndose más fuerte. Pero ahora estaba inconsciente, atrapado en su mente, viendo todo en negro y sufriendo un ataque...
Había fallado por completo. Su maestro lo odiaría por volver a fallar y por ser herido de gravedad sin poder defenderse. Había estado entrenando duro durante semanas, solo para que una noche todo terminara mal. ¿Cómo era posible que no pudiera aplicar en la pelea los entrenamientos que su sensei le había brindado?
Había fallado como líder, como hermano mayor y como alumno. Su maestro ya no lo querría, sería más duro con él, lo obligaría a practicar más, aunque ya lo hacía. Lo regañaría por volverse tan débil por palabras tontas.
Después de todo el esfuerzo en busca de su amor, lo perdería por ser un inútil y débil. Su maestro solo lo veía con cariño cuando lograba una misión con éxito, solo lo halagaba cuando veía su esfuerzo en los entrenamientos. El amor que recibía solo llegaba cuando conseguía algo con perfección.
Eso era lo que Leo sabía del amor: tenía que ser perfecto para ser amado. ¿Por qué otra razón alguien lo querría? El maestro Splinter le había enseñado que el amor se conseguía cuando lo hacía sentir orgulloso, cuando lograba una misión con éxito, cuando se destacaba en los entrenamientos. El amor se conseguía cuando su maestro lo decidía...
¿Eso era amor? Para Leo, sí. Había crecido con la idea de que el amor no era más que el orgullo de su maestro. Nadie le daría amor si era un inútil. Splinter le había lavado la cabeza, haciéndole creer que debía cumplir con las expectativas para ser amado.
Ese era un amor condicionado... Un amor que solo surgía cuando era halagado y reconocido por su esfuerzo y perfección. Ahora Leo estaba perdido. No podía volver a casa con esa cara de vergüenza por haber fallado otra vez...
El amor condicionado que Leo sentía por su maestro era una sombra que lo seguía a cada paso, un recordatorio constante de que su valía dependía de su rendimiento. Desde que era muy joven, había aprendido que su lugar en el mundo estaba determinado por su capacidad para complacer a Splinter. Cada elogio, cada palabra de aprobación que recibía, era un rayo de luz en un mundo a menudo sombrío. Pero también era un estándar inalcanzable, un recordatorio de que, si no era perfecto, no era nadie.
Esa necesidad de ser amado era lo que lo mantenía vivo, lo que le daba sentido a su lucha diaria. En su mente, el amor de su maestro era la única recompensa que realmente valía la pena. Cada vez que lograba algo, cada vez que demostraba su habilidad en combate o cumplía con su deber como líder, esperaba ansiosamente esas palabras que tanto anhelaba escuchar: "Estoy orgulloso de ti" o "Eres un buen hijo". Sin embargo, esas palabras parecían escasas, y la presión por ganarlas se volvía cada vez más pesada.
Cuando fallaba, cuando no estaba a la altura de las expectativas, sentía que su mundo se desmoronaba. La decepción en los ojos de Splinter era como un cuchillo que le atravesaba el corazón, y en esos momentos de fracaso, se sentía invisible, como si no hubiera razón para existir. La idea de que su valor dependía de su rendimiento lo perseguía, lo mantenía atrapado en una espiral de ansiedad y autocrítica.
En su mente, el amor era un intercambio: debía demostrar su valía a través de su éxito para merecer ese amor. No había espacio para el error, y cada vez que tropezaba, una parte de él se convencía de que había decepcionado a su maestro y, por ende, a sí mismo. Necesitaba esa validación, necesitaba sentir que era digno de amor, que era alguien que importaba.
ESTÁS LEYENDO
Paralelismo Hamato
FanficLeonardo Hamato y Leonardo Jitsu, dos versiones distintas de una misma persona, dos diferentes vidas, diferentes universos y diferentes personalidades. Un evento accidental con un portal y una tragedia familiar unirían a ambos sujetos en decadencia...