Jacaerys Velaryon

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Advertencia: Contenido sexual, leer bajo tu propio riesgo.

Sinopsis: Jace está furioso con los bastardos que montan dragones buscando desahogo y consuelo en la hermana de su prometida.

Tipo: +18

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No poseer un Dragón teniendo el apellido y la sangre no solo era humillante para Saerya sino también desesperante, aún más desde que inició la guerra, Aemond Targaryen tenía a la dragona más grande del mundo y ella no tenía ni siquiera un huevo de Dragón al cual aferrarse.

Aún si lo tuviera no le serviría de nada en esta guerra provocada por su primo el usurpador, cuando la noticia de la muerte de Luke llegó a Dragonstone la noticia quebró a su Reina en una profunda tristeza, su padre estaba lejos y solo envió un mensaje en cuervo "Ojo por ojo, hijo por hijo. Lucerys será vengado"

Luke el más dulce de los hijos de la Reina murió junto con su dragón, el príncipe tenía 13 años, nunca encontraron su cadáver y con su muerte terminó la guerra de cuervos, emisarios y pactos matrimoniales. Lo que dio comienzo a la guerra de fuego y sangre.

Jace estaba terminando su misión en el Norte cuando llegó la noticia, todavía sentía el nudo en su garganta al pensar en su hermano meses después de su muerte, al pensar en la forma atroz en que murió, sentía que sus pulmones se apretaban y no dejaban entrar el aire cuando pensaba en él, en toda su vida juntos, él era su compañero de vida y se suponía que la vivirían juntos, pero su pecho le dolía y se sentía pesado al rememorarlo, el odio profundo y palpitante que le profesaba a Aemond el matasangre era tan real y constante como que el sol salía por el Este y se ponía en el Oeste. Lo aborrecía.

Saerya lo sabía bien, conocía al prometido de su hermana menor como su propia palma de la mano, cuando regresó fue directo a la recámara de su Madre y cuando salió su semblante se mostraba resquebrajado por el dolor y su mirada estaba perdida, fue la Ira lo que lo hizo volver a la vida.

— El dolor no es un camino recto, Jace... — Dijo mirándole el rostro que tenía el ceño fruncido y la mandíbula apretada, no la miraba a los ojos — Ya has llorado su pérdida, y ya no quieres llorarlo mas, lo entiendo, pero puedes hacerlo todas las veces que lo necesites porque si no lo haces ahora solo alargarás tu dolor — Fue en ese momento que por fin la miro a los ojos — Tu madre no es la única con la que puedes desahogarte, Jacaerys, no dejes que la furia sea lo único que te domine porque eso te hace comportarte como un... imbecil.

Hubo un silencio, su última palabra había sido suave, como un susurro, como si no quisiera tener que decirlo, pero a la mañana siguiente sería el funeral de Luke, donde quemarían el ala de Arrax que su madre pudo encontrar y la ropa de entrenamiento de su dulce Luke, ya que no pudo encontrar nada de él, y Jace tenía que estar presente no solo en cuerpo, sino también en mente y alma, y temía que la furia no lo dejara estar ahí, con su hermano y su madre.

— No he sentido claridad ni un solo momento desde que Luke... desde que Luke falleció — Dijo y respiró profundo casi como si le faltara el aire, sus ojos se cristalizaron y su semblante se volvió más duro que antes — La furia es lo único que veo claro, es lo único que me da fuerza, no esta mal si es lo que me hace levantarme — Dijo mirándola a los ojos.

— Aemond el puto príncipe tuerto matasangre merece morir y eso nunca te lo discutiría, Jace — Dijo poniendo su mano en su pecho sobre su collar de rubíes, mirándolo a los ojos — Pero una guerra necesita estrategia y una mente clara, no ha habido una en más de ochenta años pero las he estudiado toda mi vida en Pentos, y sé que es este el momento en que tú madre, nuestra Reina, más te necesita, y si debes apoyarte en la ira para levantarte apóyate, pero apóyate en tus hermanos y tú madre para cuando tengas que aclararte la mente, porque eso es lo que el Príncipe de Dragonstone debe de tener.

Love and Fire •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora