𝗳𝗼𝘂𝗿; dace with me

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                   UNAS CUANTAS CANCIONES más tarde y la chica salió un momento al balcón, estaba algo cansada y necesitaba algo de aire, pero claro, no contaba encontrar al morocho en el balcón. Ella al verlo recostado al barandal tan pensativo pensó en darle su espacio pero al girar en su propio eje para volver al salón se tropezó y una pequeña canasta con algunos dulces cayó al suelo llamando la atención del chico que se apresuró a ayudarla.

—¿Qué se supone que estabas haciendo?— preguntó con diversión haciendo que la chica se sonrojara, después de todo estaba algo avergonzada.

—Ah... Pues nada, iba a tomar algo de aire y te ví ahí... Así que me iba a ir pero bueno, la suerte no estaba de mi lado— dijo sin verlo a la cara mientras ambos ponían los dulces en la canasta.

—Esta bien, no paso nada igual— dijo suavemente haciendo que ella lo viera a los ojos y él le diera una sonrisa—. ¿Vez? Ya esta, nadie se dio cuenta— dijo poniendo la canasta en su lugar—. ¿Qué pasa? Ya, ven, ibas a tomar aire— la llamó a su lado al ver que ella no decía nada.

—No quería interrumpirte.

—No lo haces, lo de la canasta fue sin querer y ya lo solucionamos. No te preocupes— la chica se relajo y soltó un suspiro viendo hacia afuera—. ¿Qué pasa? Digo... No se, te notó tensa.

—Es solo que estoy cansada.

—¿Segura?

—Si, no es nada.

Volvieron a quedarse en silencio contemplando la oscuridad de la noche, apenas eran visibles unas pocas estrellas puesto que lastimosamente por la contaminación muchas de las estrellas no se podían ver desde la ciudad.

—¿Crees que pasemos esa audición?— el volteó a verla.

—Claro, eso espero. Sería increíble estar en esa película.

—¿Y si no paso?— se giro para verlo a los ojos y el notó su preocupación. Nunca se notaba pero la inseguridad era algo que no la dejaba tranquila.

—Si no pasas se están perdiendo a una excelente actriz— le dio una pequeña y cálida sonrisa—. Quiero decir, seria estúpido si no lo hicieran. Estoy seguro que vas a quedar y espero que yo también... Si no ¿Quién te va a molestar?— la chica soltó una risa.

—Gracias.

—¿Por qué me agradeces?

—Por lo que me haz dicho, hasta ahora no se lo había dicho a nadie pero... —dudó—, Me sentí muy pequeña en esa sala, literalmente habían tantas personas tan talentosas... Mi cabeza dio mil vueltas, era como ¿Y si no soy lo que buscan? ¿Y si no quedo ni para un extra? ¿Y si no soy lo suficientemente buena?— suspiró—. Fue algo agobiante.

𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐄 || Malachi BartonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora