Querido Amor V

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- Vaya regalito que te dieron amigo-  hago la cabeza para atrás para mirar el cielo, un cielo gris y lúgubre, aunque hermoso.

Alberto se queda en silencio un momento, y después se hecha para atrás, recostándose donde ahora descansan sus restos mortales.

Yo me quedo aún procesando todo lo que me acaba de contar. La información es mucho para digerir y mis pensamientos vuelven a Estela, a los recuerdos de su sufrimiento, a las cartas...

Me paro abruptamente lo que provoca un sobresalto en Alberto, quien me mira con una mirada confundida, yo ignorándolo rebusco en mis ropas y saco las cartas, me siento en el espacio que hay entre tumbas y empieza a acomodar las cartas por fecha, y las comienzo a leer, por el rabillo del ojo veo como Alberto al inicio me mira curioso e intenta de ver lo que leo, pero a los minutos se rinde y se vuelve a acostar.

Al terminar de leer, levanto la cabeza y miro a la nada, una voz me regresa a la realidad. 

—¿Y ahora qué vas a hacer? —me pregunta Alberto aun recostado.

—Realmente no lo se —Alberto se estira y me mira con una sonrisa irónica

— Es curioso, en tu mirada puedo notar, que si lo sabes, pero al parecer no estas seguro- Yo lo único que se es que no tengo que preocuparme por el mundo de los vivos, total a nadie le importara, pero a ti parece que a ella si le importa-Lo miro confundido intentando de deducir sus confusas palabras

—No es difícil adivinar que se trata de alguien que es o fue importante cuando estabas vivo, aun muerto los ojos delatan muchas cosas—miro alrededor del cementerio, pensando en que debería hacer, finalmente suspiro y decido hacerle caso a la alocada idea que se forma en mi cabeza.

—Bueno, si no es mucha molestia me gustaría que me enseñaras como dar señales-Una sonrisa divertida se forma en su rostro, se recuesta de lado y con ayuda se su brazo recarga su cabeza mirándome

-A quien quieres atormentar?-Abro los ojos de par en par

-¿Que?!, no no es eso-

-No?- su cara se queda en blanco.

Doy un largo suspiro y le cuento todo, o bueno lo que recuerdo y los pequeños recuerdos que poco a poco van apareciendo.

-Wow amigo, que mierda de persona eres-

-Abro mi corazón contigo y me dices eso-

-Que quieres que te mienta?, si quieres lo hago, vaya amigo que bueno que tengas tu descanso eterno, mientras la mujer que te amo se destruye lentamente y sufre en silencio, sin ningún consuelo, ni nadie que la apoye en sus peores momentos- lo ultimo lo dice con ironía

-Tampoco tienes que ser tan falso- mi cara literal fue así -_-

-Al menos tus intenciones son muy puras, mejor que las mías- Veo melancolía en sus ojos y palabras, pero rápidamente se recupera. Se levanta rápidamente y coloca sus manos en mis hombros y con una gran cara de esperanza me dice

-Hermano yo te ayudare-

Se puso rápidamente de pie, me tomo de las manos y me obligo a pararme, no se que mosco de pico a este tío, pero no soy quien para destrozarle esa ilusión que veo en sus ojos.

Aunque realmente, al parecer eso no me importo antes.

La Araña AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora