𝐈𝐈. 𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘮𝘪𝘢

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Severus se sentía nervioso, acostado en su cama sin poder dormir, acariciando el collar en su cuello mientras sentía que todo lo que había pasado era un sueño

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Severus se sentía nervioso, acostado en su cama sin poder dormir, acariciando el collar en su cuello mientras sentía que todo lo que había pasado era un sueño.

Avery y Mulciber dormían con tranquilidad, pero el no podía, simplemente no lo lograba por más que lo intentara, era raro, demasiado pero se sentía bien.

Se sentía más fuerte más confiando y sobre todo, mas poderoso, lentamente se acostó, el sueño ganándole a su insomnio.

Pero aún así durmió con aquel collar en mano, mientras este brillaba suavemente en su palma.

Creedence con una sonrisita caminaba por el bosque prohibido, ya la primera parte de su plan estaba listo, tenía al lindo pelinegro para si mismo

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Creedence con una sonrisita caminaba por el bosque prohibido, ya la primera parte de su plan estaba listo, tenía al lindo pelinegro para si mismo.

La luz de la Luna era lo único que alumbraba el oscuro y espeso bosque por el que caminaba, tan tranquilo y sombrío.

Vio su objetivo un dulce y lindo unicornio y se acercó, aquel unicornio se acercó a el con sigilo, Creedence extendiendo su mano hacia el, con una sonrisa en los labios.

Lo acaricio con ternura, el unicornio entrando en una confianza ciega.

La daga se clavo, dando de lleno en el cuello del unicornio al que Creedence sostenía con una fuerza inhumana.

shhh  tranquila ─ le susurro viendo como aquellos ojos de colores se apagaban cada vez más, saco el cuchillo, la sangre plateada bajando y el cuerpo del unicornio callendo en un golpe seco en el suelo, el platinado sonrió, tomando la sangre del unicornio en un cáliz llevando este a sus labios.

Probo con una sonrisa la sangre de la difunta criatura, sus ojos brillaron de placer, sonrió, tomando toda la sangre para destruir el cáliz.

Desapareció el cuerpo de la mágica criatura con una sonrisa, la lluvia empezando a caer a montones, con una sonrisa desapareció en una nube negra que se extendió hacia el cielo.

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𝐈𝐋 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐈𝐎 𝐄 𝐈𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora