¿Cómo fue que terminó? | Kawoshin |

I

Por medio de la presente realizamos está autopsia, las enfermedades de ambos eran tales que fue imposible curarlas...

La aguja del reloj marcaba cada segundo y minuto de lo que parecía un bucle de eterna agonía, sincronizando cada movimiento con el latido del destrozado corazón de un chico de apenas 23 años. Su respiración pesada acompañada de unos cortos y debilitados jadeos se escuchaban por la silenciosa y oscura habitación, pues no había un espacio para que la luz pudiera entrar, todo estaba cerrado, signo de la gran depresión por la que ahora pasaba, dejando en el recuerdo aquella habitación llena de luz que alguna vez existió.

Aquellos ojos azules que un día estuvieron irradiando vida, ansiosos por un día más ahora estaban apagados, las ojeras solo dejaban en evidencia las tortuosas noches que había pasado en aquella cama de la que ahora se negaba a salir.

Su piel ahora estaba pálida, su cuerpo frío aún cubierto por las sábanas permanecía inerte, ajeno de lo que pasaba fuera de aquel lugar que abrigaba el corazón roto de Shinji Ikari.

—¿Por qué...

Se preguntó a si mismo, girando su rostro para así mirar la fotografía que aún permanecía junto a la cama, retrato en el que Shinji aparecía abrazado al brazo de Kaworu, ocultándose en él con una sonrisa nerviosa mientras el albino acariciaba su cabeza como gesto amoroso hacia su novio en ese momento. Shinji miró la fotografía por unos segundos más, remontando su memoria a aquel día, cuando en medio de la fiesta de cumpleaños de su amigo habían tomado esa fotografía después de descubrirlos en medio de un jugueteo romántico.

Esa fotografía había sido tomada apenas 7 meses atrás, Shinji no entendía como en tan poco tiempo esa mirada y sonrisa de felicidad genuina había desaparecido, dejando ahora a un hombre totalmente distinto, alguien que ya solo toleraba aquella relación que con tan poco tiempo paso de ser un paraíso a un infierno del cual Shinji no se quería desprender aún.

— ¿Qué hice mal?

Se preguntó nuevamente, dejando escapar una lágrima ante la inminente frustración que inundó su cuerpo en tan solo un par de segundos, sus manos subieron hasta su cabeza, ahí sus puños se cerraron con fuerza, atrapando el corto cabello castaño del chico, del cual pronto comenzó a tirar, mientras que sus lágrimas una vez mas bañaban su rostro. La voz de Shinji se quebraba cada vez que intentaba hablar, quería gritar y al mismo tiempo arrancarse la voz, quería salir corriendo pero al mismo tiempo no volver a salir de esas cuatro paredes, pues si el fue el culpable de hacer infeliz al amor de su vida durante tantos años sin saberlo, lo único que merecía era su propia destrucción y su encarcelamiento dentro del lugar que algún día fue su único hogar.

—¿¡Qué fue lo que hice mal!?... ¿!Por qué no me lo dijiste!?... Maldita sea, ¿¡Por qué me dejaste solo!?

Preguntó con gritos, jalando su propio cabello en medio de una de las muchas crisis que había tenido durante la última semana. Deseaba desaparecer, pero quizás eso era un premio para alguien como él.

Nunca volveré a amar a nadie, mi mundo ha terminado.