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Nadie me entenderá, porque nadie este preparado para recibir este castigo, quiero envolverte y convertirte en un abrigo.

Un hombre yacía tirado en el piso, su cuerpo estaba débil y este derramada sangre de su boca

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Un hombre yacía tirado en el piso, su cuerpo estaba débil y este derramada sangre de su boca. Sus párpados estaban pesados y pronto terminaría ese martirio que su verdugo le estaba haciendo vivir.

-No...no importa...lo que...hagas...-aquel hombre hablo con su último aliento de fuerza escupiendo sangre, junto saliva y hablo.-vivirás.. con eso...y tú...tú Craig Tucker...morirás.. morirás de la peor manera...

Un pelinegro lo observaba de reojo sin expresión alguna, en sus ojos no reflejaba nada, ningún sentimiento.

El observaba como este se retorcía, en minutos moriría y eso le daba esa satisfacción que había buscado por años, se dio la vuelta y lo miro.-Callate, que si Dios existe o no, te dará el peor de los castigos.

Aquel cura, de 32 años de edad recién cumplidos soltó una última sonrisa para morir. 8 balas habían sido incrustadas en su pecho y sus dedos habían sido cortados. Su cuerpo se encontraba encima de un enorme charco de sangre; sangre tan oscura y asquerosa como la del infierno.

Craig lo miro una última vez; odiaba ese rostro, se acerco y comenzó a pisar su rostro. Empezó a sollozar mientras cerraba los ojos y pisaba con más fuerza la cara de aquel hombre, el brillo del sol entraba por aquellas ventanas decoradas de figuras coloradas.

El silencio reinaba y nada más que aquellos chapoteos y golpes fallidos resonaban en aquel lugar, tan santo y pecaminoso.

Mientras más pisaba más perdia de vista la forma de aquello que hacía algunos momentos le había deseado su muerte; de aquello que lo mató. Su pie tocó el suelo y esa fue una señal para que se diera cuenta de que ya no había nada más que pisar, limpio su zapato pasándolo con fuerza por la ropa de aquel ya inerte cuerpo y comenzó a caminar alejándose de ahí.

Trato de limpiar las lágrimas que salían de su rostro; pues el, a pesar de ser parte de la mafia seguía siendo un niño lastimado.

Solo Dios sería testigo de lo que pasó aquella tarde en aquella capilla, solo aquella estatua de Dios contemplo cada momento. Craig se volteo a ver a aquella estatua del Cristo en la parte más alta del lugar, hace mucho que dejó de creer que si un Dios existía o no.

Solo un último suspiro antes de retomar su paso hacia la entrada de aquel lugar, una vez ahí tomo el pomo y lo abrió miro de reojo una última vez y salió de ahí dando un gran portazo. Ahí afuera una joven novicia, apenas una recién llegada lo esperaba afuera. Apenas ella vio que el salio soltó una sonrisa y hablo.

-Ya terminó de hablar con el Padre, señor Tucker?-Exclamó tomando el paso junto al pelinegro.

El pelinegro guardo silencio por un momento mirándola de arriba.-Ujum, el pidió que le dieran unos momentos ahí, tiene que realizar la petición que le pedi.

Iglesia del amor | Creek-othersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora