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Mi vida ordinaria (+18)

Los dragones celestiales son el epítome de la crueldad. No hay argumentos para esta afirmación.


La vida ordinaria de Monkey D Maki en la tierra infernal de Mariejois.


Al principio de su semana, con la mínima cantidad de energía luchó contra más de 20 oponentes fuertes. Cada vez ganaba por un pequeño margen.


Después de matar a todos sus oponentes, regresaba a su celda y dormía esa noche con el cadáver de las personas que había matado ese día.


Cada vez que Saint Gingerling la amenazaba con comerse a sus "presas", Maki se negaba a hacerlo. Después de eso, soporta tres días de hambre. Luego continúan tres días de torturas sexuales de varios tipos.


Saint Gingerling era muy creativo en ese asunto. Desde barras de hierro fundido hasta consoladores con púas. No había límite para su creatividad al torturarla.


Maki estaba segura de que sus órganos reproductivos habían sido dañados durante mucho tiempo hasta el punto en que la recuperación sería imposible.


Y cuando se aburrió de torturarla, se la entregó a sus esclavos para que la violaran a su antojo.


Algunas veces dejó que los otros dragones celestiales la torturaran. Obviamente había un límite hasta el cual podían llegar. Y debido a su alto estatus de rango, ningún otro dragón celestial se atrevió a desafiarlo en ese asunto.


Maki recordó cómo una vez hizo que los otros esclavos la follaran durante una semana entera sin descanso. De una pelea a otra.


Pero la tortura sexual era lo único en lo que Figerland Gingerling encontraba entretenimiento. Así que Maki no tuvo que pasar por otros tipos de crueldad realizada por varios dragones celestiales.


Después de que su tortura terminara la noche anterior al torneo, se le daría la comida suficiente para curarse y recuperar la fuerza suficiente para luchar en el próximo partido. Esta era normalmente su rutina semanal en la tierra infernal de Mariejois.


Pero entre todas estas torturas, la voluntad de Maki de erradicar a los demonios que se llamaban a sí mismos dioses no vaciló ni un poco.


De hecho, estaba más decidida que nunca a acabar con todos los dragones celestiales.


Pero sabía que no era el momento adecuado.


Cuando decidió por primera vez tomar este camino de sufrimiento, solía pensar: "¿Qué tan malo podría ser?"


Ahora comprendía realmente el significado del infierno en la Tierra.


Pero no importa cuán duras sean las circunstancias, se negó a convertirse en lo que los demonios la llaman... un animal que devora a los de su propia especie.


Pero cuando Dios te destroza, su intención detrás de eso era crear una versión más fuerte de ti mismo. No, no esas escorias, aquí estamos hablando del verdadero Dios.

ONE PIECE: Sistema SigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora