El Legado Maldito de Salazar Slytherin - Hogwarst Legacy

Capitulo 1

-Magia Antigua-

Era mediodía y yo, junto con el profesor Fig, nos dirigíamos a Hogwarts en compañía de George Osric, quien había enviado una lechuza para que fuéramos juntos. Me comentaron que el director Nigellus Black les había hablado sobre mí. Mientras conversaban, capté partes de su charla sobre un profeta que reportaba disturbios causados por duendes y una rebelión inminente, destacando la gran amenaza que representaban. También mencionaron un artículo que la esposa del profesor Fig, Miriam, había enviado con desesperación.

El profesor Fig se detuvo por un momento, visiblemente afectado, y abrió con dificultad un estuche en forma de diamante hecho de hierro. No lograban abrirlo, pero de repente, noté que comenzaba a brillar, captando por completo mi atención.

—¿Está brillando?

—¿Brillando? No veo nada —respondió el profesor Fig.

—Déjeme... —Agarré el artefacto, y de repente, se abrió, revelando una llave muy misteriosa.

Sin previo aviso, el carruaje comenzó a moverse bruscamente. Miré alrededor buscando dónde agarrarme y, al girar la cabeza, vi cómo una criatura gigante atacaba el lado del carruaje donde estaba George, dejando al profesor Fig y a mí en la otra mitad. No podía creer lo que veía: un dragón. Los caballos que jalaban el carruaje tenían alas, pero mi atención se centró en la mitad del carruaje donde George fue devorado por el dragón en un instante.

Grité y no pude sostenerme bien, cayendo del carruaje junto al profesor Fig.

—¡Agárrate a la llave! —me gritó el profesor Fig.

Intenté alcanzarla, pero el miedo casi me paralizaba y me quedaba sin aire. El profesor Fig logró acercarse a mí en el aire, tomé su mano y él consiguió tomar la llave. De repente, nos teletransportamos a un lugar misterioso.

Con los ojos cerrados, sentí el suelo mojado bajo mí. Al abrirlos, solo escuchaba el sonido de cascadas y pájaros.

—¿Don... dónde estamos? —pregunté, abriendo los ojos y temblando.

—¡Lo sabía! Era un traslador —exclamó el profesor Fig, levantándose como si nada y observando el lugar.

No podía creer lo que veía. Era increíble, pura magia. Nunca pensé que mi vida correría un riesgo así; yo solo venía a estudiar...

—Ven, ¿estás bien, Margaret? —El profesor Fig me dio su mano para ayudarme a levantarme.

—Sí... eso creo. Me dio un gran susto y no sé qué pensar ahora... —La imagen del señor George no salía de mi mente.

—Fue una trágica pérdida... —El profesor Fig me miró con tristeza.

—¿Y ahora cómo llegaremos a Hogwarts?

—Tendremos que averiguarlo. Vamos, sigamos adelante.

Mientras avanzábamos, el profesor Fig utilizó un hechizo para reparar puentes de roca. Parecía una maravilla, y me imaginaba un lugar que había estado abandonado por siglos pero aún mantenía su encanto. Las vistas eran impresionantes, con estructuras derrumbadas que sugerían un enorme castillo que conducía a una isla. Nos adentramos en esa isla flotante, llena de rocas, y noté un pasaje rodeado de plantas y escombros. Lo más curioso era que el lugar brillaba...

—¡Una entrada! —apunté hacia el pasaje.

—Vamos —dijo el profesor Fig, caminando primero, y lo empecé a seguir.