𝑫𝒊́𝒂 𝟎𝟏: 𝑷𝒓𝒖𝒆𝒃𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒂𝒛𝒐.

23 3 1
                                    

—¿No crees que esto es un exageración? —Preguntó en un susurro mientras veía a Satoru arrojar sin ningún cuidado una caja de cada prueba de embarazo que se alzaban a su vista en el tramo de la farmacia.

—Para nada, es por seguridad. —Afirmó con una sonrisa radiante.

—Solo es un gasto innecesario de dinero. —Replicó.

Satoru ignoró sus palabras y no se detuvo hasta haber llenado la canasta de cajas de diferentes tamaños. —¿Deberíamos comprar el primer par de zapatos también? —El albino no espero su respuesta, luego de un encogimiento de hombros continuo su parloteo. —Me contó una abuelita, mientras compraba el pan esta mañana, que es de buena suerte si el primero lo compras antes de confirmar el embarazo.

—No estoy embarazado.

Rodó los ojos. Estaba agotado de la actitud que aquel al que consideraba su mejor amigo tomó cuando lo contó los síntomas de el virus que había pescado. Para Satoru sus náuseas recurrentes en la mañana, la fatiga luego de un día de trabajo, y el dolor que le provocaba utilizar cualquier camiseta apretada en la zona de sus pechos; era una señal clara de un embarazo, para él sólo eran delirios de su mejor amigo y una muestra de que necesitaba tomarse unas vacaciones.

—Los llevare de diferente color porque no sabemos si es niño o niña. —Satoru los guió por los pasillos de la farmacia hasta encontrar el área de infantes, un tramo completo lleno de biberones, pañales, taollitas húmedas y alguno que otro objeto para el cuidado de los bebés.

—Satoru...

—¿O llevo un par de cada? A mi sobrino no puede faltarle nada. —Fiel a su palabra, Satoru agarro dos pares distintos, uno azul y otro rosa y lo coloco en la canasta sin borrar aquella sonrisa arrogante y confiada de su rostro. —Ya estamos listos

—¡Que no estoy embarazado! —Alzó la voz en medio del pasillo, llamando la atención de algunas mujeres que se encontraban a su alrededor.  —Es imposible, soy un hombre. —Con el rostro ardiendo de la vergüenza se acercó a susurrar para que sólo su mejor amigo pudiera escucharlo.

—Hasta hace un año pensaba que los dragones solo formaban parte de la fantasía y tus novios pueden transformarse en dragones.

Bien, eso era un punto a su favor; no obstante, no probaba nada. Suguru no tenía nada de magia en él que pudiera justificar aquel estado. Las razones de Satoru no tenían validez.

—Es diferente.

—Estas embarazado y voy a probarlo.

Con un suspiro cansado termino cediendo, sabía muy bien que la única forma de sacarle aquellos pensamientos de la cabeza a Satoru sería mostrándole que estaba equivocado. Lo siguió de cerca hasta la caja donde tuvo que interponerse entre Satoru y una pequeña de no más de seis años que también quería comprar las mismas gomitas cubiertas de azúcar que el albino.

Al final, Suguru había entregado las gomitas cubiertas de azúcar a la niña y convenció a su amigo con comprarle un tarro de su helado favorito si se llevaba las que no traían azúcar espolvoreadas.

La cajera solo los observó con curiosidad, mientras Satoru mantenía su semblante tranquilo y relajado, él intentaba no mirar demasiado a la mujer con la esperanza de que esta no hiciera ninguna pregunta y se permitió respirar con tranquilidad cuando pudieron marcharse del establecimiento.

Cerró la puerta del baño buscando algo de privacidad luego de que Satoru intentará colarse para explicarle como debía preparar cada prueba. Aunque dejarlo afuera no fue suficiente para callar la voz de su amigo y tuvo que escucharlo recitar cada instrucción mientras realizaba su trabajo.

Al terminar organizo cada prueba en el orden que las había utilizado y abrió la puerta para tomarse un descanso. —Yo digo que si tienes un niño deberías nombrarlo en mi honor. —Satoru se sentó a su lado en la cama sin detener su parloteo. —Soy tu mejor amigo y el hombre más importante en tu vida, además seré el padrino de tu hijo y su tutor si algo llegará a pasar.

—¿No dejaras el tema hasta que las pruebas salgan negativas?

—Incluso si eso sucede, mañana iremos al hospital a hacerte una prueba de sangre. —Satoru le paso una de las gomitas que había comprado en la farmacia, aunque los dulces no eran su cosa favorita podía disfrutarlos un poco, al menos cuando su amigo no se ponía intenso en ciertos temas.

—No se en que momento se me ocurrió que ser tu amigo era una buena idea.

—Soy lo mejor que pudo pasarte en la vida. —Se quejó llevando una mano a su pecho con dramatismo. —¿Como no eres capaz de recordar el momento en que tu vida cambió para mejor?

Iba a replicar cuando la alarma que había colocado al preparar la primera prueba sonó. El primero en levantarse de la cama fue Satoru, sus pasos resonaron con fuerza al golpear sus pies contra el suelo mientras se dirigía al baño. Espero unos segundos a ver a su amigo salir con la mirada decepcionada y cuando aquello tardo más tiempo del que esperaba, decidió ir por sí mismo a ver los resultados.

Satoru tenía la cabeza sobre el mostrador, su cabellera blanca le impedía ver los resultados que marcaban las pruebas. —¿Estás conforme con el resultado? —Se cruzó de brazos cuidando de no presionar su pecho y recostó la espalda en el arco de la puerta.

—Lo estoy. —Satoru murmuró con la voz entrecortada, volteo su cuerpo mostrándole sus ojos humedecidos por las lágrimas y un tierno puchero abultando sus labios. —¡Voy a ser tío!

Satoru corrió a abrazarlo dejándolo desconcertado, como pudo camino sosteniendo entre sus brazos al albino y ojeo cada prueba sintiendo como sus fuerzas flaqueaban con cada resultado positivo.

Su amigo estaba en lo cierto, estaba embarazado.

↬・・・・・『•』・・・・・・↫

Nota de Inu🌻: Tal vez debería terminar mis pendientes en lugar de cargarme con más responsabilidades, pero tuve un sueño con esto y quien soy yo para no seguir las señales que Dios me da a través de mis sueños...

It's Brighter Now |OkkoGeIta| 《Agosto de M-Preg》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora