It's Brighter Now |OkkoGeIta| 《Agosto de M-Preg》

𝑫𝒊́𝒂 𝟎𝟑: 𝑷𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓𝒆𝒔.

-Aversión a olores.

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Los primeros rayos de sol comenzaban a filtrarse por la ventana, golpeando su rostro con la calidez que solo este podía provocar, y con el, anunciando el inicio de un nuevo día.

Suguru se encontraba inquieto, algo cansado y mareado, todos sus sentidos parecían haberse intensificado de la noche a la mañana y creía que en cualquier momento enloqueceria. Podía sentir con mayor claridad la textura suave de su colcha envolviendo su cuerpo, los sabores se habían vuelto más intensos, pero lo que más le molestaba era la agudeza que había adquirido su olfato.

Cada día despertaba con su cabeza latiendo, como si la noche anterior alguien se hubiera entretenido golpeando su cráneo con un martillo. Al principio lo excusó en la incertidumbre, creía que sus dudas cargadas de noches de desvelo tenían la culpa de la cefalea que lo acechaba; no obstante, más tarde de lo que le gustaría admitir, encontró la causa de malestar en el aroma de sus parejas.

Lo descubrió un domingo mientras esperaba en la cocina a que Yuji, quien se había ofrecido voluntariamente, terminará de preparar el desayuno. Geto lo amaba, no tenía dudas de eso, amaba cada detalle de su lindo y dulce novio. Sin embargo, el ligero olor a humo que expedia su cuerpo lo hacía sentir asfixiado, y pronto, descubrió que con Yuta le ocurría lo mismo.

Para su pesar, cada rincón de su casa se encontraba envuelto en aquel aroma tan característico de los dragones, desde el sofá en el que solían sentarse los días de ocio a ver películas, su habitación, el baño, la cocina, incluso los libros que guardaba celosamente en su pequeña estantería. Una muestra de la presencia de sus novios en su vida.

Antes de su embarazo, aquel aroma le ofreció agradable, solía causarle una sensación cálida y provocaba que la nostalgia envolviera su cuerpo, transportandolo a su infancia donde solía pasar mucho tiempo junto a sus padres acampando y armando fogatas para mantenerse calientes. Ahora le provocaba una aversión casi visceral, y no era su culpa, lo sabía, pero la irritación se acumulaba como una carga pesada sobre sus hombros y si quería tener un mi uno de tranquilidad no podía quedarse de brazos cruzados.

Con un suspiro profundo, se armó de valor para comenzar su primera tarea del día: limpiar su hogar. Necesitaba eliminar cualquier rastro de aquel aroma que tan molesto se había vuelto. Lo primero que hizo fue dirigirse a la sala, donde cambió los forros de los cojines y las mantas perfectamente dobladas, por otros que se encontrarán limpios y perfumados con la colonia de vainilla que le gustaba.

Mientras frotaba un trapo húmedo sobre el cristal de la mesa, su mente divagaba. Recordaba cada palabra dicha por Yuji como explicación a su condición y no pudo evitar sentir culpabilidad por lo que se encontraba haciendo en ese momento. No quería sentirse así, culpable, frustrado y cansado. Sin embargo, cada que respiraba el toque ahumado con notas terrosas y maderado, se abrumaba con la sensación de asfixia que lo envolvía.

Cada habitación que limpiaba se convertía en un pequeño triunfo para Suguru, pero al mismo tiempo en un constante recordatorio de su propia fatiga. Se detuvo un segundo en la cocina, apoyando sus manos en la encimera y cerró sus ojos permitiéndose un minuto de descanso. El cansancio lo invadió, reemplazando la irritación que se acumulaba sobre sus hombros. Ahora su casa olía bien, la vainilla le daba un toque delicioso como los pastelillos que a Yuji le gustaba hornear.

Deseo que ellos pudieran entenderlo, sería más fácil para él si sus parejas pudieran comprender los pesares que lo envolvían y juntos buscaban alguna solución. Pero, al mismo tiempo sabía que tendría que explicarles y no tenía la energía suficiente para lidiar con ello. Después de todo, que se supone que diría, ¿me causa repulsión su aroma? No, eso sonaba demasiado cruel.

Luego de varias horas de limpieza, Suguru comenzó a sentirse mejor. La casa olía a vainilla y frescura, y aquello lo hacía sentir en control de la situación. Sin embargo, no podía evitar sentirse culpable por aprovechar la salida de sus novios para eliminar cualquier rastro de su aroma en casa.

No obstante, la culpabilidad desapareció luego de tomar una ducha relajante y dedicarse a descansar el resto de la tarde sentado en su sofá favorito con un tarro de helado en manos y su portátil en las piernas. Vagando entre los blogs que se habían vuelto su gran compañía los últimos días, descubrió no ser el único en sentirse de esa forma, y a pesar de no ser creyente, rezo a cualquier dios que quisiera escucharlo porque su malestar desapareciera tan pronto como llegó.

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Notita de Inu🌻: Quise salirme un poco de lo que son los síntomas comunes utilizados, ya estoy cansada de los vómitos siempre que leo un M-Preg o cualquier fic de embarazo en general, en serio... por eso decidí tomar un poco de mi experiencia viviendo el embarazo de mi cuñada para este fic.

Una lastima que Suguru no me tenga a mi de cuñada para andar como su esclava limpiando la casa cada que algo le molestara 😭.