«-𝘌𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘱𝘦𝘰𝘳 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘤𝘪𝘰𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘹𝘪𝘴𝘵𝘦.»
Esas fueron las palabras que le dijo alguna vez a uno de sus alumnos, comprendiendo gran parte de su pesar, puesto que él mismo ha sido testigo de que lo único eterno en est...
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❝Podemos bailar hasta morir,
Tú y yo seremos jóvenes por siempre.
Me haces sentir que estoy viviendo en un sueño adolescente❞.
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Por su lado, Satoru no fue a visitar a Yuu al cementerio (que en efecto, desea hacerlo pues no es un insensible), solamente que no está pasando un buen momento. A diferencia del resto del mundo que parece avanzar a un ritmo acelerado, él se ha quedado estancado, rememorando esos años pasajeros y pagando la factura de la vida con su alma.
Bajo sus orbes celestes reposa un delineado rojo, no a causa de maquillaje, sino, a causa de deshacerse en llanto la noche anterior. Todavía desea morir, desea que alguien acaba con su sufrimiento.
Sin embargo, la muerte no llega y él se obliga a levantarse un día más; desganado, adolorido, cansado, aturdido y sin ganas de salir adelante. Por desgracia, es el más fuerte y debe pretender estar bien.
Piensa en cómo habría sido su vida si su amado hubiera permanecido a su lado, quizá estarían criando a esos cuatro niños con mucho amor, los verían crecer y se sentirían orgullosos de sus logros, a lo mejor ambos se hubieran hecho profesores de la Academia en el futuro y guiarían con cuidado y paciencia a las siguientes generaciones y, al contrario de lo que sucedía cuando ellos eran estudiantes pondrían primero la seguridad de los más jóvenes por sobre la suya.
Desgraciadamente ya no existen esos sueños, ni tampoco su amor.
A veces se siente culpable porque él sabe que no fue el único en ser afectado, pues, aunque no lo digan Nanako y Mimiko extrañan a Suguru, pero se conforman con las caricias que deja sobre sus cabezas y los besos de buenas noches que el ser renacido como un espíritu les da como consuelo, que les sirven a las menores para darse cuenta de que Geto siempre estará ahí.
El mayor no lo ha hecho consciente, pero ellas notan cómo él les sonríe triste, como si fuera un último gesto antes de despedirse (aunque en realidad esté atado a Gojo.) Puede ser que no sea capaz llorar del todo siendo una presencia fantasmal, pero se permite sollozar en silencio de vez en cuando.
