Capitulo 2

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"Despertar"

Miro por su ventana apenas estaba amaneciendo, se levantó por fin de la cama, el espejo de su tocador le permitió saber en que día estaba

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Miro por su ventana apenas estaba amaneciendo, se levantó por fin de la cama, el espejo de su tocador le permitió saber en que día estaba.

Esos malditos tubos qué envolviendo su pelo rubio - es hoy... hoy conozco al principe- Takemichi lo recuerda bien, ese día sufrió la mayor humillación a su persona, le habían aventado vino a su vestido favorito además de hacerla bailar sin tacones; el anuncio de su compromiso con la familia real fue lo peor que le pasó.

Dio un ligero salto, pues la puerta fue abierta por el mayordomo principal de la residencia- Es hora de levantarse "pequeña princesa", no queremos retardos- lo de princesa siempre se oía con burla, Takemichi frunció el ceño

-¿quien te dio permiso para entrar Spike? - la cara del mayor parecia un poema, Takemichi lo había nombrado por su nombre real, sin formalidades -rápido espero tu respuesta-

-yo... yo señorita- parecia incrédulo de la situación

-¿quien eres tu para abrir así la puerta de mi habitación?, escucha tus palabras soy una "pequeña princesa", princesa y tu un mayordomo... ¿como te atreves a actuar así? - se acercó a él, su mirada reflejaba furia total - o es que acaso has obtenido demasiada confianza al servirle al Duque por estos años, que ahora te crees el dueño del hogar-

-no... no jamás señorita, yo lo siento, no se por que hice eso, una disculpa- el hombre se había inclinado pidiendo disculpas.

-esta bien largo, quiero estar sola- Takemichi se aparto demasiado hombre para volver a centrarse frente a su tocador, empezando a quitar lo tubos qué cubrían su pelo

-pero señorita debe arreglarse, en una horas se marchara al palacio real, debe prepararse- Musito el hombre mirándola confundido

-¿y?, acaso tu me ayudaras a bañarme y vestirme... atrevido- Takemichi ni siquiera lo miraba, llama a una de las chicas y que traiga nuevas sábanas para la cama, he tenido una pesadilla y he sudado- miro al hombre que no se movió, soltó un bufido y se levantó bruscamente - ¿que acaso lo tengo que hacer todo yo? -

El hombre nego y salió de la habitación.

Al estar sola, se dirigió a su armario sacando cada uno de sus vestidos, y por fin lo encontró e vestido que en el pasado le habían arruinado.

Recuerdo que era su favorito o eso creía, pues fue escogido por la duquesa, amarillo; odiaba ese color. Pero como siempre fue complaciente nunca se quejo y aquel vestido callo al piso -será este- saco un vestido color verde esmeralda, traía consigo perlas qué lo demoraban y un escote  cuadrado.

La Princesa Se ha Vuelto Loca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora