El importunio de amar a ciegas

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Fui sincero y transparente, cuál vidrio reluciente, te di mi mano de manera ciega, y de mí tomaste las cuerdas, cada palabra que salió de tu boca, la creí, y cuál títere a la orden del titiritero me moví, pero por lo visto, a pesar de que deje que me conocieras, que di todo, de mí, nunca cumplí con una cosa que buscabas, te ame, anhele, pero al final, nada más que humo fue, mis sentimientos en el aire quedaron, y mi corazón e ilusiones se destrozaron, jugaste astutamente tus cartas y lograste engañarme, debería odiarte, enojarme, gritar, pero no va conmigo, más aún así cuando me preocupe, recibí solo indiferencia, pero aun así, no te odio, ni desprecio, solo extraño, y quiero, pues, aunque no entiendo, aun así

te quiero

El silencio de las sensacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora