Durante el paseo nocturno, Lucifer empezó a mostrarse más encantador y seductor de lo que ya lo había sido con su acompañante. Es un tránsito efímero por el paraíso de luces y sombras de la ciudad con más historia cultural de México. Caminan tomados de la mano, hablando de muchas cosas. cosas disfrutando del paisaje nocturno; lugar que se convirtió en epicentro de la cultura universal al ser el pueblo donde Frida Khalo vivió con su esposo Diego Rivera y le fue infiel con León Trotsky; Además de ser la ciudad elegida por André Bretón para quedarse y catapultar al idioma español su movimiento surrealista, seducido con las catrinas en el día de muertos; antes de acudir al Palacio de Bellas Artes para leer la ponencia Perspectivas del Surrealismo y protagonizar un recital de poesía junto a Xavier Villaurrutia (que hizo la traducción).
-¿Lo ves?
Le susurró, señalando con el dedo la pirámide iluminada que se elevaba entre los edificios.
-¿Si, que es eso?
Preguntó, curiosa y divertida.
—Es el Hotel Rimbaud, un lugar muy especial para los amantes de la literatura y el misterio. ¿Te atreves a entrar conmigo?
—¿Y qué hay dentro? —preguntó intrigada.
—No te lo puedo decir, tendrás que descubrirlo por ti mismo. Sólo puedo decirte que es una experiencia única e inolvidable. ¿Qué dices?
—Bueno, ya que estamos aquí... ¿Por qué no?
Ella aceptó con una sonrisa pícara.
-¡Brillante! Vámonos entonces, pero no hagamos ruido. —le dijo tomándola de la mano y conduciéndola hacia la entrada del hotel.
-No te preocupes.
Él le aseguró, con una mirada de complicidad.
—Buenas noches señores.
Al entrar al hotel, una joven los saluda con una sonrisa enigmática. Viste una gran bata blanca y un maquillaje que imita el estilo egipcio, con ojos delineados y labios rojos. Parece una sacerdotisa de algún culto antiguo o una princesa de una dinastía perdida.
—¿Quieres una habitación para pasar la noche?
Les pregunta la joven, al llegar a una puerta con el número 13 y una placa que dice "Rimbaud".
-Sí, por favor. ¿Qué tiene de especial esta habitación?
—Es la habitación favorita de Rimbaud, el poeta maldito. Aquí escribió algunas de sus obras más oscuras y sublimes. Dicen que todavía se puede sentir su presencia y su inspiración. ¿Te gustaría conocerla?
-¿Por supuesto, por qué no? Amamos la poesía y el misterio. ¿Amor verdadero?.
-Sí, claro. Estamos listos para cualquier cosa. ¿Qué tenemos que hacer?
—Solo tienes que firmar este contrato y pagar el precio. No te preocupes, es muy barato. Sólo les costará un beso. Un beso muy especial. Un beso que sellará tu destino. ¿Ellos están de acuerdo?
Les dice la joven sacando de su bata un papel y un bolígrafo.
-¿Un beso? ¿Qué tipo de beso? ¿Qué significa sellar nuestro destino?
—No te asustes, es sólo una formalidad. Un rito. Una forma de homenajear al poeta y a su musa. Un beso que te abrirá las puertas a un mundo nuevo. Un mundo de sueños, de magia, de pasión. Un beso que cambiará sus vidas. ¿No te gustaría probarlo?
Insiste la joven acercándose a ellos con una mirada seductora.
—Bueno, supongo que no perdemos nada. ¿Qué dices, amor? ¿Nos arriesgamos?
-Sí vamos. ¿Que puede pasar? Es sólo un beso. Un beso que nunca olvidaremos. ¿Amor verdadero?.
-Muy bien, muy bien. Se hace. Ya son nuestros. Bienvenidos al Hotel Rimbaud. Disfruta tu estancia. No te arrepentirás. Nunca se arrepentirán.
Les dice la joven, mientras les entrega la llave y se aleja riendo.
—Nunca se arrepentirán.
Repite, mientras se pierde en la oscuridad del hotel.
Los tortolitos se miran sin saber qué pensar. ¿Qué acaban de hacer? ¿Qué consecuencias tendrá ese beso? ¿Qué te espera en esa habitación? Sienten una mezcla de miedo y excitación, curiosidad y miedo. Deciden no pensar más y seguir su instinto. Abren la puerta con la llave y entran a la habitación.
La habitación es pequeña y oscura, apenas iluminada por velas que crean sombras en las paredes. Hay una cama de hierro con sábanas rojas, una mesa con una máquina de escribir y un montón de papeles, una estantería con libros y objetos extraños y un espejo que refleja sus rostros. En el aire hay olor a incienso y algo más, algo que no pueden identificar.
Se acercan a la cama y se sientan cogidos de la mano. Se miran a los ojos y se vuelven a besar, con más pasión que antes; Sienten que algo cambia en ellos, que algo despierta, que algo se libera. Se quitan la ropa y se abrazan, se acarician, se exploran. Se entregan el uno al otro, sin reservas, sin límites, sin miedo. Reconociendo su textura, dejándose tocar y palpar, quien la observa con mirada cordierita rumbo al matadero, destino que espera con ansias. Se acerca con un andar hipnótico; tal como la llama de una vela en medio de la noche con cierta malicia besarlo profundamente, disfrutando cada poema silenciado por la emoción del momento, hasta sentir su virilidad desesperada por quitarse tanta ropa, ambos se reconocen en En la atmósfera, se siente mucho. Más que pasión presente, ¡hay sentimientos involucrados! Peligro, ambos son ladrones de tus sensaciones, mostrándose cada rincón de la conciencia, ardiendo en besos y roces.
Sosteniendo en sus brazos la belleza desconocida, adivinando sus rasgos, sintiendo una sensación de fragilidad impropia de él (de ambos), suavidad modelada en la clara noche del sueño.
Mientras tanto, en el espejo, se materializa una figura. Es Rimbaud, el poeta maldito. Los mira con una sonrisa burlona y satisfecha. Les habla con voz suave y melosa, sin que puedan oírlo.
—Bienvenidos a mi mundo, queridos. Has entrado en mi juego, has aceptado mi desafío, has sellado tu destino. Eres mía ahora, para siempre. Te enseñaré qué es la poesía, qué es el amor, qué es la vida. Te haré sentir lo que nunca has sentido, te haré ver lo que nunca has visto, te haré saber lo que nunca has conocido. Te haré sufrir, te haré disfrutar, te haré reír, te haré llorar. Os haré felices, os haré infelices, os haré libres, os haré esclavos. Haré todo lo que quiera por ti, porque soy dueña de tus sueños, de tu magia, de tu pasión. Soy el dueño de tu alma.
Y se ríe, se ríe, se ríe. Y no lo saben, no lo saben, no lo saben.
Una agilidad sorprendente para él y para ambos, una suavidad que sólo la noche clara y profunda de los sueños podía modelar. Hacía años que no experimentaba algo parecido hasta que ella apareció trastocando su mundo en el momento exacto de su consagración, mientras sus labios se encuentran, él susurra para sí mismo en un vano intento de negación:
—No puedo permitirme involucrarme sentimentalmente con ella.
—Soy reacio a concederle tal poder sobre mí.
—¡No quiero volver a ser vulnerable nunca más!
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Luna Azul
Misterio / SuspensoBlue Larousse, una joven bohemia con una historia de mala suerte en el amor, toma un giro inesperado en su vida cuando decide convertirse en una vengadora de la noche. Cansada de las decepciones y los corazones rotos, se embarca en una misión para a...