Deseo prohibido

capitulo 2

Alex Morgan se sentó en su despacho, con un montón de documentos y informes frente a él. Estaba buscando información sobre Atenea, y su tiempo en el Medio Oriente. Finalmente, encontró el informe que estaba buscando.

"Operaciones en el Medio Oriente", decía el título. Alex comenzó a leer, y sus ojos se abrieron de par en par a medida que descubría las hazañas de Atenea.

"Atenea Morgan, conocida como 'La Amazona', lideró una serie de misiones de alto riesgo en territorio enemigo", leía Alex. " Demostró una habilidad excepcional para el combate cuerpo a cuerpo y la estrategia militar, lo que le permitió completar sus misiones con éxito".

Alex continuó leyendo, impresionado por la valentía y la habilidad de su sobrina. "En una ocasión, la agente Morgan se infiltró en una base militar enemiga, disfrazada de soldado, y logró obtener información crucial para la victoria de nuestras fuerzas".

Alex se detuvo un momento, sorprendido por la audacia de Atenea.

—¿Cómo logró hacer todo esto?— se preguntó.

Siguió leyendo, descubriendo que Atenea había sido condecorada por su valor y había ganado el respeto de sus compañeros. Alex se sintió orgulloso de su sobrina, pero también se preocupó por las cicatrices emocionales que podría haber sufrido durante su tiempo en la guerra.

De repente, Alex escuchó una voz detrás de él.

—¿Alex? ¿Qué estás leyendo?—

Alex se dio vuelta, cerrando el informe.

—Nada, solo un informe sobre... sobre una operación en el Medio Oriente—

Pero Christopher, se acercó y vio el título del informe.

—¿Atenea? ¿La Amazona? ¿Qué es esto?—pregunta.

Alex suspiró, sabiendo que no podía ocultar la verdad por más tiempo.

—Es Atenea, Christopher, La Amazona—

Christopher salió de la oficina de Alex no podía seguir escuchando su nombre o saber sobre ella
La odiaba por hacerlo sentir atraído desde que eran niños, había intentado de todo para no seguir con lo mismo.

Joder era su prima y no solo eso al principio la vio como una hermana se habían criado juntos, no podía desearla no podía tenerla y mucho menos podia seguir sintiendo lo mismo.

Christopher se sentó en el bar con sus amigos Patrick y Simón, intentando dejar atrás los pensamientos que lo habían estado atormentando últimamente. No quería sentir el deseo hacia su prima Atenea, sabía que estaba prohibido, pero no podía evitarlo.

—Otra ronda— gritó Patrick, llamando la atención del bartender.

Christopher asintió, tomando su cerveza y bebiendo un largo trago. Quería emborracharse, olvidar sus sentimientos y la tensión que había estado sintiendo últimamente.

Simón se rió, golpeando a Christopher en la espalda.

—¡Vamos, Christopher! ¡Disfruta la noche!—

El nombrado intentando relajarse. Pero no podía sacudirse la sensación de que estaba haciendo algo mal. Bebió más, intentando ahogar sus pensamientos y sentimientos.

A medida que la noche avanzaba, Christopher se emborrachó cada vez más. Sus amigos se rien y bromeaban, pero él solo podía pensar en Atenea. ¿Por qué no podía dejar de desearla?

De repente, se levantó del asiento, tambaleándose un poco intentando caminar en línea recta.

En el baño, se miró al espejo, viendo su reflejo borroso. "¿Qué estás haciendo,?se preguntó. "¿Por qué no puedes controlar tus sentimientos?"