Durante el trayecto a su nuevo hogar, Muichiro veía por la ventana, tenía el vidrio subido para evitar accidentes, sus ojos color menta veian como aquel orfanato poco a poco se hacía más pequeño, una ligera sonrisa cruzó por su cara, feliz de ser libre.
Giyuu iba de copiloto, miraba ansioso el camino y todo a su alrededor mientras que Sanemi estaba normal pero a la vez asegurandose de prestar antelación a todo qué se le cruzara.
Luego de un rato de conducir, ya que aquel orfanato estaba lejos de su hogar decidieron pasar a una tienda, ambos adultos bajaron del carro y Giyuu fue a sacar a Muichiro, llevándolo en brazos al interior de la tienda.
—¿Quieres algo en especial mui?—Miro como su pareja se iba por su cuenta a ver que comprar mientras que él seguía con el niño
—... Galletas— susurro, no sabía si se lo iban a comprar
—Claro ¿Que galletas te gustan más o una en especifico?— Camino hasta donde estaban o suponía que deberían estar las galletas, mirando diversas bolsas
—... Son muchas...— miro con fascinación las diversas presentaciones, durante toda su corta vida solo ha probado unas galletas simples, no sabía que elegir
Mientras que ambos miraban las galletas intentando decidir que llevar, Sanemi ya estaba en el carro, esperando a su pareja y a su cachorro.
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—Giyuu, cariño, te quiero y todo pero... No eran necesarias tantas galletas— hablo mientras veía como su cachorro tenía una gran sonrisa y tenía dos bolsas de galletas en manos al igual que su pareja que tenía sus galletas favoritas
—lo se pero... Me emocione— murmuro con las mejillas algo rojas, no negaría que el fue quien propuso aquella idea
Sanemi solo bufo divertido ante la situación y emprendio nuevamente camino a casa, notando como emepezaba atardecer, agradeciendo que solo faltara poco para llegar a su hogar.
Muichiro iba con los pies sobre los asientos, mirando sus calcetines mientras se llevaba una galleta a la boca, le gustaba aquella atmósfera en el carro.
Cuando llegaron a la casa, recibio la ayuda de su madre para ponerse los zapatos mientras que Sanemi ya estaba metiendo las cosas que le dieron.
La sensación era acogedora, dentro no había tantas cosas, solo lo esencial y lo que su padre le dijo que no podía tocar, una consola de videojuegos, algo que noto era la falta de esencia de niños. Por alguna razón aquello lo hizo sentir feliz, era hijo único.
Giyuu observaba a su cachorro subir al sillón, y mirar a la nada antes de levantarse y mirarle con una sonrisa a la vez que rápidamente lo abrazaba.
—Te quiero mucho mamá— restrego sus mejillas contra el vientre de Giyuu, queriendo tener el olor de su madre sobre él.
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Una rara familia
FanfictionMuichiro siempre ha estado solo Su mente no puede recordar más o el porqué, pero ahora esta ahí, junto a dos personas completamente distintas entre ellas.