El vampiro egocéntrico y el chico de ojos negros ‼️EDDSWORLD

Capítulo 1

Tom se detuvo frente a la mansión abandonada, sus pensamientos volviendo a los días de su infancia. Siempre había vivido en esa calle, cada rincón le era familiar, cada casa tenía su propia historia, pero ninguna era tan misteriosa como la mansión.

"Recuerdo haber pasado por aquí desde que era un niño," murmuró para sí mismo. "Siempre me pregunté quién vivía en esta casa, pero nadie nunca supo la verdad. Los rumores sobre un vampiro anciano son solo cuentos para asustar a los niños, ¿verdad?"

La mansión se erguía con una pintura morado pastel desgastada y descascarada por el tiempo. Las ventanas estaban sucias y las cortinas se movían débilmente con la brisa. En el jardín delantero, rosas blancas florecían extrañamente entre el desorden.

En el patio trasero, una mesa y una silla tipo británico, deterioradas y cubiertas de polvo, se encontraban bajo una pérgola cubierta de enredaderas secas.

Tom se hundía en sus pensamientos. Nunca había visto a nadie entrar o salir de la mansión, pero en las últimas semanas, algo extraño comenzó a suceder. De vez en cuando, luces misteriosas se encendían en mitad de la noche, y melodías suaves, como si fueran tocadas por un órgano antiguo, se filtraban a través de las ventanas cerradas. Estos fenómenos, junto con el silencio inquietante que envolvía la casa, despertaban su curiosidad y una creciente sensación de desasosiego.

Impulsado por su creciente curiosidad y el misterio que rodeaba la mansión, Tom decidió actuar. Una noche, mientras el resto del vecindario dormía, se armó de valor y se dirigió hacia la casa. La luna llena iluminaba su camino mientras se acercaba al jardín desordenado. El chirrido de la puerta al abrirse era casi tan inquietante como los rumores que lo habían llevado hasta allí.

Con cada paso que daba en el interior, el aire se volvía más frío y pesado. La casa parecía respirar con una vida propia, y el eco de sus propios pasos resonaba en los corredores vacíos.

Tom avanzó con cautela, y de pronto, su piel se erizó al escuchar el sonido de aquel viejo órgano desafinado. Tom se paralizó del miedo, pero al cabo de unos segundos reaccionó y se escondió dentro de un viejo armario. Su respiración era agitada, y sentía que su corazón se aceleraba cada vez más. Se sentía observado, como si no estuviera solo en aquella mansión.

A medida que la melancólica melodía del órgano se volvía más fuerte, el sonido resonaba en las paredes, amplificando su inquietud. Tom intentaba calmarse, tapándose la boca para no hacer ruido, pero el miedo lo envolvía con cada nota desafinada. La música parecía acercarse, como si alguien estuviera caminando directamente hacia él, aumentando el terror que lo atenazaba.

De repente, el órgano se detuvo en seco, y el silencio que siguió fue aún más aterrador. Tom contuvo la respiración, escuchando el eco de sus propios latidos en la penumbra. Luego, sin previo aviso, un sonido de pasos suaves y cautelosos comenzó a acercarse a donde estaba él escondido. La tensión en el aire era palpable, y Tom sentía que la presencia en la casa estaba a punto de descubrirlo.

Con un esfuerzo desesperado, Tom intentó mantenerse lo más quieto posible, sus pensamientos girando en torno a cómo podría escapar de aquella aterradora situación. La incertidumbre de no saber qué o quién se acercaba lo mantenía al borde del colapso.

Entonces, sin previo aviso, la puerta del armario comenzó a abrirse lentamente, con un chirrido que parecía un grito angustiado en la oscuridad. Tom, paralizado por el terror, soltó un grito ahogado y dejó escapar un chillido horrendo cuando la puerta se abrió completamente. Su corazón estaba a punto de estallar mientras miraba hacia el espacio vacío frente a él.

Con un valor desesperado, Tom salió del armario, esperando ver a quien o qué pudiera estar allí. Pero al asomarse, encontró solo la penumbra y el vacío de la habitación. La casa estaba completamente en silencio, sin rastro de la melodía del órgano ni de los pasos que había oído. Cada rincón parecía más oscuro y amenazante que antes, y el silencio pesado que lo rodeaba era más aterrador que cualquier sonido.