𝙂𝙇𝙀𝘼𝙈 𝘼𝙉𝘿 𝙂𝙇𝙊𝙒 [Ben florian ¹]

Capitulo siete

Capitulo siete
–— Ojos cafés

Eloise no podía dejar de repetir en su mente lo que Ben había dicho; "Tus ojos son exactamente iguales a los del rey Eugenio". Continuó pintando la vista desde el balcón en el que estaban, pero no podía concentrarse al máximo de su capacidad mientras la frase se repetía como un disco rayado. ¿Realmente sus ojos eran iguales a los de él?

Después de un rato, Eloise regresó a la habitación donde estaban Mal, Evie, Carlos y Jay sentados juntos. "¿Qué te pasa, guapa?", dijo Jay cuando entró en la habitación. Eloise sonrió burlonamente mientras se sentaba a su lado. "Te amo...", dijo antes de que Jay le sonriera alegremente; su amistad era perfecta. "Yo también te amo, El", respondió Jay.

Ella se fijó en su camiseta y le dio unas palmaditas en señal de felicitación. Jay se dio cuenta y le dedicó una sonrisa torcida: "Soy demasiado buena". De repente, se oyó un golpe cuando Mal dejó el libro de hechizos para abrir.

Eloise notó que el perro estaba acostado al lado de Carlos.— Ben no estaba mintiendo. Cuando Mal abrió la puerta, Eloise se escabulló para esconderse detrás de Jay una vez que notó que Ben estaba parado detrás de ella. Jay tomó la decisión de ocultar a la chica rubia aún más mientras se sentaba derecho. "Hola, Mal..." dijo Ben antes de mirar a su alrededor buscando a Eloise, "No los vi hoy. Solo me preguntaba si tenían alguna pregunta o algo que necesitaran".

— "No que yo sepa"  —dijo Mal mientras miraba a todos los presentes en la habitación. Eloise se agachó y se escondió detrás de la cama. No quería volver a enfrentarse a Ben ese día; ese comentario que había hecho la había desconcertado demasiado. Los ojos marrones son ojos marrones, ¿verdad? — "Está bien. Está bien. Bueno, si necesitas algo, solo..." —Mal lo interrumpió de repente—. "¡Oh, espera! Um, ¿es cierto que todos podemos ir a tu coronación?"

Eloise frunció el ceño. ¿Por qué a Mal le preocupaba tanto la coronación? Ah, espera. La varita. "Sí, va toda la escuela", respondió Ben.

"Vaya. Eso es más que emocionante. ¿Crees que es posible que los cinco podamos estar en la primera fila junto al Hada Madrina, solo para poder absorber toda esa bondad?", dijo Mal, había descubierto que Eloise no estaba allí cuando se reveló desde el lado de la cama, Ben sonrió levemente cuando lo hizo.

— "Me encantaría poder hacerlo. En la primera fila solo estamos mi novia, mis padres y yo" —Mal se volvió hacia Eloise. ¿En qué estaba pensando? Eloise permaneció incómoda al lado de Jay mientras él le colocaba el brazo sobre el hombro—. "¿Y tu novia?" Mal confirmó sus palabras.

"Sí, lo siento", dijo Ben.

— "Está bien, gracias, adiós" —respondió Mal.

Al cerrar la puerta, Mal se dio la vuelta y encaró a Eloise con una sonrisa de saberlo todo, la sonrisa de 'tengo un plan' que a Eloise no le gustó tanto. "Creo que es hora de que Bennyboo se consiga una nueva novia, y tú, Eloise, eres la candidata perfecta", dijo Mal antes de que Evie aplaudiera en señal de acuerdo. Eloise miró a Jay con los ojos muy abiertos, casi en un intento de que detuviera sus ideas.

"¿Tengo algo alguna opción sobre esto?", preguntó Eloise, pero todos negaron con la cabeza. Genial.

Poco después, todos estaban en la cocina, cocinando las galletas de amor. Galletas con un hechizo de amor. Eloise sintió un dolor en el pecho, sintió que no era lo correcto que debía hacer. Especialmente, usar a Eloise como la trampa principal.

— "Dice que todavía necesitamos una lágrima, y yo nunca lloro" —dijo Mal mientras señalaba el libro. Eloise estaba sentada en el mostrador junto a Carlos. — "Vamos a cortar unas cebollas" —sugirió Carlos mientras sacaba una cebolla de una canasta. —"¡No! Dice que necesitamos un año de tristeza humana, y esta poción de amor recibe las mejores críticas, así que tenemos que seguirla al pie de la letra" —exclamó Mal antes de explicar el motivo.

"Una lágrima es una lágrima..." Jay maldijo todos los desprecios de Mal. "No es verdad, Jay. Hay muchas lágrimas: lágrimas de felicidad, lágrimas de conmoción, lágrimas de tristeza, lágrimas de ira", explicó Eloise. En los libros que leyó, había aprendido todas estas emociones y reacciones ante ellas.

"Sí, ambos tienen anticuerpos y enzimas, pero una lágrima emocional tiene más hormonas basadas en proteínas que una prueba de reflejos", les explicó Evie, creando un efecto más visual en la diferencia entre las lágrimas.

De repente, Lonnie irrumpió en la habitación mientras buscaba a Mal. "Una merienda de medianoche, ¿eh? ¿Qué están haciendo?", preguntó Lonnie al notar el tazón de mezcla para galletas, sumergiendo su dedo en él antes de comer la masa; los cinco la detestaron cuando lo hizo. "¿Qué? No voy a mojarlo dos veces", respondió Lonnie a sus gritos.

"¿Sientes algo?", preguntó Evie. "Sí, ¿tal vez le falte algo?", agregó Mal mientras se refería a la lágrima humana de tristeza que faltaba y luego al intento fallido de Jay de coquetear con ella. "Podrían venir bien algunas chispas".

— "¿Y esas son?" —preguntó Mal. Ninguno de ellos sabía lo que eran las «chispas». — "Las chispas de chocolate. El grupo de alimentos más importante. Un momento, ¿Vuestras madres nunca les hacían galletas con pepitas de chocolate? Cuando te sientes triste, y están recién salidas del horno, con un gran vaso de leche y te hace reír y pone todo en perspectiva y... ¿Por qué me miráis así?" —Entonces se dio cuenta.

Lonnie observó cómo sus rostros se transformaban en expresiones de tristeza y confusión. Sus padres no los querían así. Eran buenos para robarles a los niños y a las tiendas, buenos para tomar dinero de las tiendas que lo necesitaban, buenos para destruir pertenencias. Pero no lo suficientemente buenos para ser amados.

"Es simplemente diferente de donde venimos", le dijo Mal a Lonnie, mientras mezclaba las chispas de chocolate.

— "Sí, lo sé. Solo que, ya sabes, pensé que incluso los villanos amaban a sus hijos." — No. Lonnie pronto bajó la mirada con tristeza y culpa por haber sacado a relucir la idea de la admiración paternal. — "Oh, qué horrible." —Entonces cayó una lágrima. Mal se animó y tomó la lágrima de su mejilla, goteándola en la mezcla.

"Sí, bueno, qué fastidio, pero tenemos que meterlos al horno. Así que, muchas gracias por venir, de verdad, de verdad que tengas una gran noche", Mal empujó a Lonnie fuera de la cocina.

"No tengo un buen presentimiento sobre esto", explicó Eloise mientras apoyaba la cabeza en el hombro de Carlos y acariciaba a Chico, el perro. No le gustaba para nada esa idea.