EL TERCER INTENTO

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Justo cuando vi que Soojin se preparaba para responder, un ruido repentino nos sobresaltó a ambas. La puerta de la habitación de Yuqi, al fondo del pasillo, se abrió de golpe. Soyeon apareció en el umbral, con total indiferencia, nuestras miradas se quedaron en ella quien miraba la puerta antes cerrada muy ida. Se dio vuelta encontrándonos a nosotras dos.

—¿Interrumpí algo? —preguntó Soyeon, su voz un tono de lamento...

Mi corazón latía con fuerza. Este momento, esta conversación que se había estado postergando durante tanto tiempo, fue interrumpida. Sentí una mezcla de frustración y decepción, sin saber realmente como iba a salir después de escuchar lo que Soojin tenia por decir. Y como si fuera el destino quien se encargaba de no querer que sucediera esta conversación, mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo. Lo saqué, más por reflejo que por decisión consciente, y miré la pantalla. El nombre de mi madre se mostraba en la pantalla. Una parte de mí quería ignorar la llamada y volver a centrar mi atención en Soojin. Pero sabía que no podía hacer eso.

—Es mi madre —dije, mi voz traicionando mi frustración y confusión—. Lo siento, tengo que atender.

Vi un destello de ¿decepción? ¿alivio? en los ojos de Soojin antes de darme la vuelta y alejarme rápidamente. Mientras me dirigía a mi habitación, contesté la llamada, sintiendo una mezcla de emociones arremolinándose en mi pecho. Saludé, tratando de mantener mi voz estable. Mientras escuchaba a mi madre hablar sobre asuntos familiares, no pude evitar mirar hacia atrás. Vi a Soojin y Soyeon aún en el pasillo, intercambiando miradas de perplejidad. La oportunidad se había escapado, y no sabía cuándo tendría el valor de intentarlo de nuevo.

Con un suspiro, cerré la puerta de mi habitación, dejando fuera no solo a Soojin y Soyeon, sino también la posibilidad de finalmente aclarar nuestros sentimientos. Por ahora, tendría que esperar. Pero mientras hablaba con mi madre, una parte de mí se preguntaba si alguna vez encontraría el momento perfecto, o si siempre habría algo que se interpondría entre Soojin y yo.








Han pasado casi tres meses desde aquella noche en el pasillo, y parece que todo ha cambiado, aunque en realidad, nada realmente importante lo ha hecho.

Soyeon finalmente se mudó a su nuevo apartamento cerca del estudio, tal como lo había planeado. Al principio, todas estábamos preocupadas por ella, temiendo que se sobrecargara de trabajo o se sintiera sola. Pero resultó que la soledad no era un problema para Soyeon... porque Yuqi pasaba casi todo el tiempo con ella. Sus cosas siguen en el dormitorio, tiene su cama aquí, pero es raro verla por las noches. Siempre tiene una excusa: "Estamos trabajando en una nueva canción", "Soyeon necesita ayuda con la cancion", "Es muy tarde para volver sola". Y eso comienza a ser sospechoso, pero no me molestaría, solo talvez me molestaría que ellas logren estar juntas mas antes que Soojin y yo...

Y honestamente, no puedo culpar a Yuqi por querer pasar tanto tiempo fuera del dormitorio. La tensión aquí es palpable, especialmente entre Soojin y yo. Desde aquella noche interrumpida, hemos estado en una rueda de emociones. Estamos más unidas que nunca, pasamos casi todo nuestro tiempo libre juntas, compartimos miradas y abrazos que duran más de lo necesario... pero no hablamos de ello.

Es como si hubiéramos establecido un acuerdo de no mencionar nuestros sentimientos. Cocinamos juntas, vemos películas acurrucadas en el sofá. Pero en el momento que el tema sale de mi boca, ella tiende a retroceder.

NO IGNOREMOS LO QUE SENTIMOS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora