II - Si quieres

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Ferran observó a sus compañeros y decidió que Pedri sería su primera víctima.

-Pedri, ahí va: ¿Alguna vez has tenido sexo en un coche? Si es así, cuéntame cómo fue.

Ferran sonrió con picardía después de leer aquello, y miró al menor esperando una respuesta.

-Sí, he tenido. Y sabes perfectamente cómo fue, así que no pienso explicártelo.

Sus compañeros silbaron divertidos, Ferran se mordió el labio inferior. Acto seguido se dirigió a otro de sus compañeros.

-Marc. ¿Te gusta alguien de esta sala? Si es así, ¿quién?

El alemán rió un poco.

-Sí, me gusta alguien de esta sala. Pero no estoy seguro de que quiera que lo diga.

-Entonces..., ¿prefieres un reto?

Él asintió, Frenkie lo miraba con demasiada ternura desde su derecha.

-Te reto a besar donde él prefiera al que más aprecies de esta sala.

Suspiró, asintió y se volvió hacia el que en realidad era su novio, de Jong. Lo miró, esperando pacientemente a que decidiera qué hacer.

-Iban a enterarse tarde o temprano, cariño -le dedicó una dulce sonrisa-. Puedes besarme la boca si quieres.

Marc asintió, sonriendo, y lo besó durante unos pocos segundos. Se separaron y sus compañeros aplaudireron, más o menos. Estaban demasiado borrachos.

Después de eso, Ferran se centró en Roque.

-Vitor, ¿te gusta Raphinha?

El joven brasileño casi palideció. Se aclaró la garganta antes de decir:

-Prefiero no contestar a eso.

Ferran sonrió, un brillo juguetón le iluminó los ojos.

-Muy bien, entonces, ¿aceptarás mi reto?

-Supongo que sí...

-Ve con él a su habitación y mantente ahí media hora.

"Meu Deus."

Vitor tragó saliva, asintió y se retiró, ni siquiera comprobó si Raphinha lo seguía. Pero obviamente, sí lo hacía. El mayor no pensaba desaprovechar una oportunidad así.

Salieron de la habitación de Íñigo y Fermín, Vitor acercó la llave a la cerradura de su puerta con la mano temblorosa.

Abrió y entró en su habitación, Raphinha lo hizo detrás de él, cerró la puerta a sus espaldas.

-Te noto nervioso, precioso. Puedes estar tranquilo, no muerdo.

Vitor enrojeció a una velocidad alarmante.

-No estoy nervioso. Y no me llames así.

-Lo estás. Y creo que seguiré haciéndolo.

Pasó por su lado para sentarse en la cama y él se tensó de arriba a abajo.

-Hubiera sido más fácil admitir que te gusto, ¿no crees?

-No.

-¿Por qué?

-Porque no.

-¿Porque no te gusto? -sus palabras derrochaban sarcasmo y arrogancia-.

-No he dicho eso.

Raphinha rió, Vitor estaba cada vez más nervioso.

-O sea, que sí te gusto.

-¡Tampoco he dicho eso!

Noche de juegos - Football ships (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora