En cuanto Ferran cerró la puerta de la habitación una vez que ambos estuvieron dentro, se volvió hacia Pedri y se cruzó de brazos.
—¿Qué? —le preguntó divertido el canario—.
—Lo del coche te ha parecido muy divertido, ¿verdad?
Pedri apretó con fuerza los labios para que su sonrisa no se ensanchara, Ferran lo miró entrecerrando los ojos.
—Bastante, sí. ¿Por qué, a ti no? —se burló—.
Torres se despegó de la puerta y dio un par de pasos hacia el menor.
—¿Sabes lo difícil que ha sido esconder la puta erección?
González ahogó una risa y volvió a hablar, burlón:
—Tú te lo has buscado, y lo sabes. No haberme preguntado eso.
—Ja, ja —se acercó un poco más, el otro no se había movido—. Por tu culpa llevo desde entonces aguantándome las ganas.
—¿De hacer qué, exactamente?
Una de las comisuras de la boca del más alto se elevó, formando una sonrisa pícara. Pedri sonrió también, en anticipación de lo que sabía que iba a pasar.
Cuando el valenciano llegó a su lado, lo tomó por la cintura y lo pegó a él. Sus labios fueron los primeros en entrar en contacto.
—Esto —murmuró sobre la boca del más joven—.
***
Ya eran cerca de las cuatro de la mañana y Héctor no podía dormir.
Cubarsí descansaba plácidamente en la cama de la habitación que ambos compartían, pero el sueño había abandonado por completo el cuerpo de Fort desde que Ferran había formulado aquella pregunta.
"Héctor, ¿te ha gustado o te gusta algún compañero? Si es que sí, ¿está aquí ahora mismo?", no había dejado de repetirse en su cabeza desde de entonces.
Suspiró, sentado en uno de los sofás de la habitación. Sintió sus ojos humedecerse, y poco después, una pequeña lágrima resbaló por su mejilla.
Se apresuró a limpiarla y se levantó del sillón. Abandonó su habitación con cuidado de no despertar a su compañero. Caminó por los pasillos del hotel mientras su vista se volvía completamente borrosa. Llegó a una pequeña y solitaria terraza con varias plantas, bancos de piedra y un par de lamparas de luz cálida. Era un sitio bastante agradable, pero Héctor no podía pensar en eso.
Que va, no podía pensar en nada que no fuese él. En el chico joven carismático, amable y divertido que había sido su mejor amigo durante tanto tiempo. Su deslumbrante sonrisa aparecía en sus sueños casi todas las noches.
Se sentó en uno de los bancos y se encontró a sí mismo llorando por algo que ni siquiera controlaba. Es decir, ¿qué había podido hacer cuando Marc le dijo que se marchaba? Apoyarlo, porque para eso era su amigo. Aunque esa decisión lo destrozara, quería que fuese feliz.
Probablemente hablar con él en esas condiciones no era muy buena idea. Estaba borracho, pero estaba todavía más triste.
Se recostó en la piedra y sacó su teléfono. Ingresó en la aplicación de contactos y sus dedos marcaron casi automáticamente un número más que conocido. Pulsó en la opción de videollamada. No debía tener muy buen aspecto, pero necesitaba verlo.
Después de varios tonos, la pantalla de su teléfono se iluminó, dando paso a esa sonrisa que tanto necesitaba. Guiu sonreía, pero frunció ligeramente el ceño con algo de confusión.
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Noche de juegos - Football ships (chico x chico)
FanfictionLos jugadores del Barça se reunieron para celebrar su victoria en el primer partido de la pretemporada. Después de varios tragos, no se salvaba ni uno, todos estaban borrachos. Se les ocurrió jugar. ¿Quieres descubrir qué pasó?