𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎: que durará para siempre; que, habiendo tenido un principio, no tendrá un fin.
"Desde los ocho años siento que mi propósito en esta vida era conseguir una venganza que solamente me estaba consumiendo.
Nunca pensé que iba a dej...
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TODOS LOS MAYORES estaban aún reunidos escuchando el mensaje que habían grabado hace media hora, pero al llegar a la parte de cielo, otra voz tomó su lugar, voz que decía "hielo".
Se miraron confundidos pero prefirieron no seguir con aquella duda para así irse a dormir.
Luego de una hora Ara se encontraba junto a Luca en la cocina con la idea de ir al loft y notificar a Franka sobre lo que habia sucedido hace un rato.
Al llegar a la cocina y ver a Martín de espaldas, Ortega se escondió debajo de la mesa mientras el ojiazul llamaba la atención rubio.
Luca: ¿ A dónde ibas capo? — sonrió cuando el chico volteó viéndolo.
Martin: a ver a Valeria, una minita que conocí — asintió sonriendole levemente.
Luca: ¿ por qué? ¿Te partió el cráneo?
Martin : ponele, ponele que si...¿vos? ¿ a dónde vas ?
Luca: nah, yo no te puedo decir.— sonrió lanzando una mirada divertida.
Martin : ¿a ver una minita?
Luca: ponele — sonrió.
Toto asintió y luego tomó del pelo a Tacho, quien estaba escondido detrás de la isla mesada.
Tacho: no los vi, no me vieron — asintió corriendo con un bolso para salir de la cocina antes de que los otros dos lo interceptaran con preguntas.— todos tenemos nuestros secretos.
Martín asintió riendo y se fue en busca de aquella chica.
Luca sonrió dando unos golpecitos al mesón para que la rubia saliera de debajo de la mesa.
Ara: ¿así que una minita? — se levantó sacudiendo sus rodillas.
Luca: fue lo primero que se me vino a la cabeza, chiquita. — sonrió negando y la tomó del brazo. — vamos
Ambos salieron, pero ninguno de los dos se había percatado de la presencia de Ramiro, quien los miraba desde el pasillo.
El rubio entró en una pequeña duda, la cual era si seguirlos o no, sin chistar y sin pensarlo tanto acomodó su gorro y salió con precaución detrás de ellos.
El chico frunció el ceño cuando al salir los vio caminar juntos hasta el bar, para luego abrir la puerta del loft que llevaba a la casa de Franka.
Se cruzó de brazos confundido, mil dudas vagaban por su cabeza y no encontraba una respuesta certera. Suspiró y se quedó esperándolos apoyado sobre el ventanal del bar.
Luca al llegar tocó la puerta esperando que Franka abriera. Cuando la mujer apareció en el campo visual de ambos cruzaron la puerta.
