"Elizabeth Dwyer, hija de Phil Dwyer y Ava Dwyer, viaja con su hermanastra Isabella Swan a visitar a su segundo padre adoptivo, Charlie Swan, en un pueblo llamado Forks. Allí conocerá a su amor verdadero, o mejor dicho, a "sus amores verdaderos", qu...
La visión llegó de repente, como siempre. Una nueva estudiante en Forks. Bella Swan, pero había otra chica a la cual no le había podido ver el rostro: "Elizabeth".
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Su nombre resonó en mi mente mientras las imágenes se formaban borrosas. Sus ojos eran lo único que me dejaban ver. Ella era diferente, eso era seguro. Mientras la visión se desvanecía, me encontré sentada en la cafetería del instituto con mis hermanos. Jasper, mi amado Jasper, estaba a mi lado, su preocupación visible en sus ojos dorados.
"¿Qué viste, Alice?" preguntó Edward, sus cejas fruncidas en una línea de concentración.
"Una chica nueva, Bella Swan," respondí. "Y otra chica a quien no le pude ver la cara, solo sus ojos color café," dije manteniendo mi voz baja para que los humanos alrededor no pudieran escuchar. "Van a cambiar muchas cosas."
Edward me miró, su curiosidad mezclada con escepticismo. "¿Qué tipo de cambio?"
No tenía todas las respuestas, pero la certeza de que Bella y esa chica Elizabeth serían importantes era innegable. "No estoy segura todavía, pero sé que serán significativas para todos nosotros."
Los días pasaron y la curiosidad de Edward creció al igual que la de los demás, ya que a la otra chica, Elizabeth, la seguía viendo día y noche, pero siempre que me mostraban su rostro, estaba borroso. Finalmente, llegó el momento en que las vi por primera vez en persona. Bella Swan entró en la cafetería, su cabello castaño brillante bajo la luz artificial, sus ojos recorriendo la habitación con una mezcla de timidez y determinación. Detrás de ella entró Elizabeth, una chica de estatura mediana, piel blanca casi como un vampiro, ojos café claros y grandes, con un cabello rizado y oscuro hasta los hombros. Y en ese momento fue cuando todo tomó sentido.
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"Oh por Dios," susurró Rosalie casi inaudiblemente.
"Sí," respondí, sabiendo exactamente a qué se refería. Elizabeth y Bella eran las humanas que cambiarían todo para nosotros.
