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Estaba cómodamente dormida hasta que siento algo chocar con mi cara, abrí los ojos encontrándome con un cojín y un Cornelio sosteniendo un vaso.

-Hasta que despiertas, pensé que habías muerto o algo así—dijo y bebió de su vaso

-Que linda tu preocupación—le dije

El río irónicamente y me miro.

-¿Yo? ¿Preocuparme por ti? Solo en tus sueños

-Bien, iré a casa—dije levantándome del sillón y tomando mis cosas

-Que bueno que ya dejare de verte la cara—dijo el pelinegro

-Muy gracioso Cornelio Vega—me acerque a el—gracias por dejarme pasar la noche en tu cómodo sillón

El solo asintió y siguió tomando de su vaso. Suspire y camine hacia la puerta lentamente tal vez con la esperanza de Cornelio se despidiera, pero nada paso. Salí de su casa y tome un taxi hasta la mía.

-Gracias—le dije al taxista y baje del auto

Entre a casa y sentí un gran vacío, normalmente no me importa pero ahora después de pasar la noche en casa de Cornelio y pasar un día con el me sentí acompañada pero ahora que vuelvo a casa me siento sola de nuevo. Subí hasta mi habitación y tome una ducha, me saque la camisa de Cornelio la cual se me olvidó devolverle.

Estaba en la sala viendo las noticias y en eso mi mirada se fija en el porta retratos que esta a un lado del televisor, éramos mi madre, mi padre y yo, que feliz familia, la cual con el tiempo se convirtió en una desgracia. Ayer mientras caminaba al lado de Cornelio no necesitaba que el me hablara, tan solo con el ahí me sentía bien. Los chicos de la escuela siempre me han parecido todos iguales, creen que con una sonrisa coqueta y un buen cumplido estas bajo sus pies, pero Cornelio no es diferente, es arrogante a su manera pero me gusta. Tan solo recordarlo caminar sin rumbo alguno, su piel que hacia juego con su cabello negro despeinado, sus ojos levemente rasgados que lo hacían ver como un gatito, su pequeña nariz que me parecía de cierta forma adorable y sus finos y delgados labios que tal vez.... Me gustaría probar, ¿que estas haciéndome?
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Demasiado corto, perdónenme ):
Trataré de subirles otro mañana

Diséñame  -- Cornelio Vega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora