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Desperté por mi alarma, ¿por que rayos tengo alarma un sábado?. Me levante y tome una ducha, el día era frío y lluvioso, veía como las personas caminaban felices en la calle, tendría que crear mi propio lugar acogedor. Tome un par de sábanas de mi cama y las coloque en el gran sofá de a sala, metí unas palomitas al microondas y espere hasta que estuvieran hechas, tome las palomitas y la ultima lata de coca-cola que me quedaba en el refrigerador, camine hacia el sofá y me senté colocando las palomitas y la lata de gaseosa en la pequeña mesita del frente encendí la TV y puse una buena película en Netflix. Estaba perfectamente cómoda, la temperatura estaba perfecta y la palomitas estaban mas que deliciosas.
Sentí tres toques en la puerta y gruñí, ¿por que me molestan cuando estoy tan cómoda?.. Me levante y le coloque pausa a la película, abrí la puerta y me encontré con el pelinegro recostados en la pared con su manos escondida en sus bolsillos.

-¿Qué quieres?—le pregunté molestas

-Linda pijama--me miro, que vergüenza, mi pijama era rosa y tenían gatitos en ellas

-Deja de mirarme!—le dije y me auto abrace, hace frío afuera

-¿Vas a entrar? Hace frío

-Ya que insistes—dijo y entro

Rodé los ojos y cerré la puerta detrás de mi. Lo vi tomar mis palomitas y sentarse en el sillón.

-¿Por que viniste?—le pregunte cruzándome de brazos

-¿Por que no venir?—ataco

-Me molestas Cornelio Vega

-Creo que nací para eso—rio levemente—deberías cambiarte

-¿Por que? Es mi casa no la tuya

-Saldremos, estoy aburrido—dijo

-No quiero salir, ademas, no soy un payaso para estar entreteniéndote

-Estuve engañado entonces, te vi cara de payasa—rio

-Vale Cornelio, largo—tome de la muñeca y lo jale para que se levantara

-Bien, me iré, buscare a otra chica para salir—se levanto y salió despreocupadamente por la puerta

Me senté en el sillón cruzada de brazos, ¿que estoy haciendo? Me apresure  abrir la puerta y el chico estaba recostado a la pared mirando hacia la calle.

-¿Ya dejaste el berrinche?—pregunto y me miro

-Bien salgamos—suspire rendida

Cornelio entro de nuevo a casa, tenia que esperarme ya que claramente no iba a salir en pijama de gatitos, me arregle lo más rápido posible antes de que Cornelio explotara, llevaba media hora gritando "Tn" desde abajo. Baje las escaleras y le avise al malhumorado que ya estaba lista, apague la TV y salimos de casa.

-¿A donde iremos?—metí mis manos en los bolsillos de mi chamarra

-Donde sea—dijo

-Osea....

-Tn, no se!—dijo irritado

-¿Pero que te pasa hoy?—le pregunte

-Nada es solo que...—callo

-Solo que...—insistí en que hablara—dime Cornelio

-Vamos a comer—me jalo de la muñeca hacia un pequeño restaurante, entramos y nos sentamos en una mesa

-Cornelio, no me cambies de tema, dime que sucede

-Bien—dijo serio—¿quieres saber que sucede? Estoy en problemas, eso sucede

-¿Qué clase de problemas?

-Hola puedo tomar su orden—llego la mesera y nos interrumpió

El chico pidió primero, yo no tenia hambre pero él insistió en darme comida así que pedí algo bastante ligero.

-Si no comes vas a desaparecer—dijo

-Cornelio, ¿que clase de problemas?

-¿No te cansas?—pregunto

-No, ahora dime

-Bien, le debo dinero a un tipo ¿si?

-¿Por que?

-Le compre algo y no he conseguido el dinero para pagárselo

-¿Qué es exactamente lo que compraste?—lo mire fijamente buscando la mas sincera respuesta en sus ojos

-Nada que importe—dijo evitando mi mirada

-Es droga ¿no?—solté y este me miro sorprendido

-¿Como lo sabes?—pregunto

-¿Qué más podían ser las bolsitas que encontré en tu casa?

-Lo resolveré

-Cornelio ¿por que haces esto?—trate de tomar su mano pero la alejo de la mía

-Todo fue antes de conocerte Tn—dijo en un susurro audible

La mesera llego con nuestros platos y luego se retiró amablemente. Decidí dejar el tema ahí por lo menos mientras comíamos. Al salir del restaurante una de las meseras nos detuvo.

-Hola, estamos dando este lindo postre a las parejas que ingresan hoy a nuestro establecimiento—sonrió extendiéndome la caja con el postre

-Ah...—reí nerviosa—el...y yo...—la voz del pelinegro me interrumpió

-Si es mi novia—tomo la cajita y me la dio—gracias—le dijo a la mesera y salió del restaurante

Le hice una reverencia a la chica y salí detrás del pelinegro quien caminaba rápidamente.

-¿Por qué dijiste que era tu novia?—pregunte y este se detuvo para verme

-¿Tienes problema con eso?

-Ah...no—solté, ¿que cosas digo?

-Genial—dijo seco y volvió a seguir su camino mientras yo trataba de alcanzarlo

Entonces...¿ahora es mi novio?.

Diséñame  -- Cornelio Vega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora