Capítulo. 7) Ai hod yu in

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El silencio del bosque se volvió casi palpable, como si la naturaleza misma contuviera el aliento en anticipación. Lexa poso sus manos sobre la cadera de Clarke acercándola más a ella, sus ojos fijos en los de la rubia. Había una mezcla de nerviosismo y emoción en su mirada, pero también una determinación silenciosa. Clarke sintió cómo su corazón latía con fuerza, cada pulso resonando en su pecho mientras se perdía en la profundidad de esos ojos que tanto extrañaba.

Con un movimiento lento y deliberado, Lexa inclinó su cabeza hacia ella. Clarke cerró los ojos por un momento, dejando que la anticipación llenara el espacio entre ambas. Y entonces sucedió: sus labios se encontraron suavemente en un beso tierno y necesitado, como si el tiempo se hubiera detenido por completo y solo existiesen ellas dos bajo el manto estrellado del cielo.

—Lexa... —susurró Clarke, cuando ambas se alejaron levemente en búsqueda de oxígeno, su voz suave como un murmullo entre las hojas—. No sabes cuanto... te he extrañado

Lexa sonrió tímidamente, sintiendo que las palabras no eran necesarias. En ese instante, todo se condensó en ese beso, esa mirada, en esa cercanía. Todos los buenos y malos momentos parecían haberlas llevado de regreso hasta aquí.

Clarke sintió una oleada de calidez recorrerla mientras Lexa nuevamente se apropiaba de sus labios, y ella, ella se entregaba gustosa al momento. Lexa la envolvió con sus brazos, acercándola más a ella mientras el beso se profundizaba vorazmente. Era como si cada latido de sus corazones marcara el ritmo de ese instante perfecto.

Cuando finalmente se separaron, ambas sonrieron con complicidad, sus frentes aun tocándose ligeramente. La luz del fuego a lo lejos, iluminaba tenuemente sus rostros sonrojados y felices. En ese momento supieron que ya no existían más dudas ni temores, que estaban ambas allí; una frente a la otra ya que al fin se habían recuperado.

Se abrazaron con fuerza, como si el tiempo no hubiera pasado. Las lágrimas de felicidad brotaron de los ojos de Clarke mientras Lexa susurraba su nombre, como si fuera un mantra que había estado esperando pronunciar. Se separaron un poco para mirarse a los ojos, y en ese instante, todo el amor que habían guardado en sus corazones se hizo palpable, ambas compartían una mezcla de emociones intensas: alegría, nostalgia y un profundo alivio.

-Clarke... —comenzó Lexa, su voz temblorosa pero firme, tomó una respiración profunda, buscando las palabras adecuadas. -Desde que la primera vez que te vi, supe que eras especial, no sé cómo, ni cuándo, pero-hizo una pausa, buscando su mirada -Me enamore de ti, Clarke de la gente del cielo

-Lexa... —Clarke respondió, mientras su corazón se aceleraba, sintiendo como si la tierra entera hubiera dejado de girar. Sus labios se curvaron en una sonrisa genuina y sus ojos se iluminaron. -Yo también me enamore de ti- añadió con sinceridad. -He estado enamorada de ti desde antes de perderte, y durante todo este tiempo, jamás he podido dejar de hacerlo...

La revelación flotó entre ellas como un hechizo mágico. Lexa no pudo evitar sonreír al escucharla; en ese momento, todo parecía encajar perfectamente. Sin pensarlo dos veces, ambas volvieron a unir sus labios.

Les costo bastante separarse, pero el frio ya estaba demasiado presente en el ambiente; a pesar del calor inminente que concebían. Retornaron hacia las tiendas aun con la exaltación de lo que acababa de ocurrir entre ambas, la felicidad era notoria en sus rostros ya que ninguna pretendía ocultarla.

Se detuvieron afuera de la tienda de Clarke y el silencio se apodero de ambas; ninguna se quería separar de la otra. Lexa fue quien se armó de valor y tomó levemente la mano de la rubia. -Clarke...yo... yo quiero estar contigo -declaro la ex comandante.

Maybe Someday - ClexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora