Miré la imagen cuadrada y pequeña que Gastón tendió frente a mí sin ninguna protección a la vista que pudiera defenderlo si yo me atrevía a atacarlo. Si no lo hacía era porque él no llamaba mi atención, solo buscaría que me rompiera otra extremidad como hace dos días y que por obra de mi nuevo estatus me recuperé en tiempo récord.
Maddy estaba en la foto con su bata blanca y filipina rosa como toda una doctora, lo que ella tanto había luchado por obtener.
—Mas te vale que recuerdes quien es ella, es tu hermana. Su sangre puede llamar tu atención y sus recuerdos también. Y cuidado con estropear mi foto favorita.
Arrugué la frente en respuesta.
—No termino de entender muy bien eso de los recuerdos.
Gastón arqueó una ceja como si mi pregunta hubiera sido muy obvia como para no comprenderlo. Era evidente que no podía entender lo que sucedía, yo no estaba metido en este jodido mundo de vampiros hasta ahora y él tenía que poner a prueba su paciencia.
—Controlas y creas la tortura, Max —llevó una mano adentro de sus pantalones muy bien planchados—. Parte de tus habilidades como el vampiro de la tortura es alimentarte de las emociones y recuerdos de tus víctimas. Así como lo hiciste con los dos tipos que te traje. Para ti puede haber dos maneras de alimentarte—levantó su dedo índice—, mediante la tradicional que es la sangre, o —levantó el dedo de en medio—, la energía y las emociones de los humanos.
Mi vista se fue directo a la fotografía de Maddy, ella era mi hermana y el único familiar que me quedaba.
—¿Seré capaz de controlarme con mi hermana?
—Tienes que hacerlo, de lo contrario te asesinaré.
Conectamos miradas y la suya transmitía determinación hacia su amenaza que no solo se iba a quedar suspendida en el aire como una posibilidad, sino como una realidad si yo cometía un error.
—¿Cómo lograré eso?
—Para llegar a esa madurez tendremos la ayuda de mi hermana, es la mayor de los hermanos Le Revna —miró su reloj y soltó un gruñido de desaprobación—. Ya debería de estar aquí, le dije que llegara temprano y siempre es lo mismo con esa niña engreída.
Eso último me hizo mucho ruido.
—¿Niña? ¿Una niña va a ayudarte conmigo?
Gastón ensombreció su mirada, pero eso no me aterraba en absoluto, no cuando podía darle batalla aunque eso me costara la... ¿vida? Aún no puedo entender cómo es que funciona la vida como inmortal, pero no le tenía miedo a lo que pudiera hacerme Gastón cuando, de alguna manera indeseada por ambos, podríamos considerarnos iguales.
—Ella es la legitima hija de Igor, nuestra... alternativa y forzosa figura paternal, por así describirlo.
—Entiendo.
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El heredero de la tortura
ParanormalAun no entiendo qué es esa sensación en mi interior, ese poder que se encuentra desgarrándome cada músculo para liberarse con brutalidad, pero me está fascinando. Tengo sed, tengo el deseo de acabar con todos y, a la vez solo quiero mantenerme enjau...