\🍙﹐⫻﹒Kill My Time﹕sungsun (adap) ᵔᴗᵔ

━ 18

"Tempted to touch bajo la mini falda"

📣📣📣📣📣

Ambos amantes se encontraban acostados en la cama del rubio, después de su sesión se encontraban cansados y con pocas energías, aunque Sunghoon debía irse a su casa en algunas horas, y por más que no quería, sabía que debía. No quería tener problemas con el señor Kim, ese hombre le daba miedo.

El pelinegro se sentó y con cuidado tomó su celular entre sus manos, no quería despertar a un adormilado Sunoo que se encontraba sobre su estómago.

No pasaron muchos minutos para que a Sunghoon le entrará una enorme preocupación, y era que se había olvidado por completo el usar condón, no conocía muy bien si el porrista tomaba pastillas de forma regular y esperaba que no, sabían lo mal que hacían para su sistema y lo que menos quería era que Sunoo se hiciera daño.

Por lo mismo estaba preocupando, si este no tomaba anticonceptivos de forma regular quería decir que habían altas posibilidades de que quedará embarazada si no tomaba la pastilla del día después, por más que le encantaría ver al rubio hinchado con sus hijos, no era el momento, ¡ni siquiera eran novios!.

Sunghoon quería pedirselo, pero no sabía cómo, el no era una persona romántica ni mucho menos con una amplia creatividad para ese tipo de cosas, pero quería que fuera especial, algo que Sunoo pudiera recordar con cariño.

— ¿En qué tanto piensas, Sunghoon? —La ronca voz del rubio lo trajo de vuelta y alejó sus pensamientos, ya tendría tiempo para idear un plan, por el momento disfrutaría la compañía que le proporcionaba Kim.

—No usamos condón, cariño.

— Oh, cierto. —Con pereza Sunoo se levantó y se dejó caer sobre el cuerpo del tatuado, quedando sobre él, le encantaba estar así. — No te preocupes, tomo pastilla. —Apoyó ambas manos sobre los pectorales del pelinegro para después posar su cabeza sobre estas mismas.

— ¿No te hacen mal esas cosas?

— Aja, pero aún no quiero tener bebitos.

— En un futuro tendremos muchos hijos, precioso. —
Los ojitos de Sunoo se iluminaron al escuchar esas palabras, le emocionaba la idea de que Sunghoon pensará en un futuro con él.

— ¿Quieres tener hijos conmigo?

— Obvio, nos casaremos y te haré muchos bebés. — Las manos traviesas de Park recorrieron el hermoso cuerpo del rubio hasta llegar a su cintura, apretandola y atrayendolo más a su propio cuerpo.

— Pero ya tenemos dos.

— ¿Qué? — El rostro del tatuado se vió desconcertado por lo que dijo Sunoo, ¿de qué estaba hablando? —
¿A qué te refieres?

— Bobo, Berry y Shadow son nuestros hijitos.

— Cierto, nuestra pequeña familia.

— Te quiero.

— Te quiero más. — Park se acercó al rostro del rubio besándolo de forma lenta y pausada, sin ninguna prisa.
Al separarse bajo sus manos hacia el trasero de Sunoo y lo apretó, sacándole un pequeño jedeo de sorpresa a este. — ¿Qué te parece si practicamos cómo hacer bebés?.

—Me parece una muy buena idea. —El porrista unió nuevamente sus labios y con desesperación comenzó a
frotarse sobre el miembro de Sunghoon.

Pequeños gemidos se comenzaron a escuchar por toda la habitación y la temperatura una vez más comenzó a subir.
Sunoo desesperado por más contacto comenzó a frotar su coño contra el ahora descubierto pene del pelinegro, se sentía deliciosa la sensación y aún más cuando aumentó la velocidad de sus falsas embestidas.

— ¡Sunoo, estoy en casa! —Sus movimientos se detuvieron cuando escuchó la voz de su padre en el primer piso.

Miró a Sunghoon y con rapidez se bajó de encima de él, debían vestirse antes de que su padre subiera a su habitación, no quería que los viera en ese estado.

Ya ambos vestidos, Sunoo se dirigió a su puerta para poder bajar las escaleras y poder saludar a su papá con normalidad, pero antes de poder abrir esta, un aún excitado Park lo estampó contra la puerta y comenzó a besarlo con desesperación.

—Sung- —No pudo seguir hablando cuando sintió como el tatuado comenzaba a frotarse contra su aún mojado coño. Se separó de los labios contrarios y con la voz rota le habló. —Mi padre está abajo, Sunghoonie, debemos ir. —Pequeños y húmedos besos comenzaron a dejarse por su cuello haciendo que se mojara aún más entre sus piernas, era su punto débil.

—Entonces más nos vale ser silenciosos, ¿no lo crees, lindo? —Y por más que quisiera negarse, sabía que era imposible, Park era su debilidad.

Tomó el rostro de Sunghoon entre sus manos y lo atrajo a sus labios, besándolo de forma intensa y profunda, hasta el punto en que sus lenguas comenzaron a jugar con la otra.

Para tener más facilidad, Sunoo subió una de sus piernas a la cadera de Park y esté la sujetó con una de sus manos, dándole más acceso a su entrada.

Las falsas embestidas comenzaron y Sunoo no pudo evitar soltar uno que otro gemido, el cual fue callado por los labios del pelinegro cada vez. Sunghoon ya no podía soportar más, necesitaba mucho más que solo frotarse a
quema ropa.

Así que sin querer aplazar el momento bajó la bragas del porrista y comenzó a follarlo con sus dedos para prepararlo.

Amaba la sensación de estar dentro del rubio, era tan excitante que quería chupar y tomar todo lo que tenía por ofrecer, pero eso sería para otra ocasión, ahora solo
quería joderlo.

Con rapidez bajó sus pantalones a la vez que su ropa interior y sin querer esperar más, se adentro al apretado coño de Sunoo, se mantuvo quieto por unos segundos hasta que estuvo seguro que este estuviera bien.

— Sunghoon. —El nombrado miró al porrista y este se acercó a su oído, lamiendolo de paso. —Jodeme fuerte y duro, ¿si? —Y Park le haría caso a su chico, claro que
Sí.

Acatando sus órdenes, comenzó a penetrarlo rápido y salvaje, sin importarle que alguien más pudiera oírlos, ahora solo quería follar a Sunoo.

Con desesperación comenzó a besar al rubio y a chupar su lengua mientras las embestidas seguían igual de fuertes, ya no podía detenerse, necesitaba llenar de semen a ese chico, necesitaba joderlo tal cual él quería.

— ¡Mghm!, ¡así, amor! —El rubio era un desastre de gemidos, por la posición en la que estaban podía sentir
mucho más profundo a Sunghoon y le encantaba. — ¡Lo
haces tan bien! —Las embestidas siguieron su curso y
por más que intento ser silencioso, no podía, Park lo
estaba penetrando tan rico, que lo único que quería era
estar a disposición de ese hombre, tenerlo sobre él todo
el día.

—Mira lo ruidoso que eres, ¿quieres que todo el vecindario sepa que te están follando?

—Para que sepan lo rico que me jodes. —Una pequeña risa salió de los labios de Sunoo y el pelinegro quiso ver al rubio destruido totalmente, así que sin esperar agarró la otra pierna que estaba aún tocando el suelo y la elevó su cadera, dándole más acceso al coño del porrista. Sus penetraciones comenzaron a hacerse más rápidas y brutas, sin importarle los gritos de Sunoo.

Unas embestidas más y ambos llegaron a su orgasmo al mismo tiempo.

— ¡Kim Sunoo, ven en este mismo instante!

El pelinegro miró culposo al porrista y lo bajó de sus brazos, aún sosteniendo su cintura.

—Estamos muertos.

📣📣📣📣📣