4 - Mantenerse sumiso.

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En el segundo día Chan se despertó con un humor de mierda, no quería tener que enfrentar este día, pero al ver a sus amigos animados por su primera mañana en este lugar tuvo que tragarse el mal humor y fingir ser un buen líder.

Observo a todos los alfas dentro del edificio, tratando de comprender y establecer mentalmente una rutina mañanera para evitar el caos que estaba siendo esa primera mañana.

Todos levantándose a la misma hora, algunos yendo al baño y haciendo fila para mear, muchos de ellos usando solo calzoncillos pensando que sería algo rápido y después se vestirían. Dentro de los baños es un caos interminable de empujones y gritos entre alfas que usan los inodoros, las duchas y los que se arreglan frente al espejo.

En la pequeña cocina es otra historia, tienen lo necesario para desayunar un poco, pero el caos de tener un poco de agua caliente parece eterno, sumado a que no hay suficientes tazas y muchos no limpian lo que ensuciaron.

Una rutina organizada es urgente, hay que establecer reglas de convivencia o todos van a matarse después de unos días así.

—Les dije que no hay que tener nuestras cosas en el baño. —Hyunjin se arreglaba el pelo en el camino a clases, después de que por fin salieran de ese caos mañanero.

—El idiota de Jongsoo quiso usar mi cepillo de dientes, te apuesto que ni siquiera trajo el suyo. —Changbin acomodaba su ropa.

—Yeseo me golpeo cuando intente agarrar una taza. —Minho se sobaba las costillas—. Pensó que la había manoseado, maldita psicótica.

—Tengo que hablar con Jaesung y Sarah... —concluyó Chan después de escuchar todas las quejas de sus amigos.

—Podemos preguntarles a los omegas cómo se organizan ellos en las mañanas —propuso Changbin.

Chan se quedó mudo, no quería tener nada que ver con los omegas, no quería tener lidiar con ellos y mucho menos tener que pedirles consejo. Escuchó cómo se animaban para acercarse en algún momento del día para hablar, incluso planeaban hacerlo en el almuerzo, pero su mente no paraba de recordarle la amenaza de la foto y su humillante tarea encomendada.

—Ya nos vamos a arreglar solos, no es necesario pedirles nada. —Sus palabras salieron con brusquedad, casi como amenaza.

Los tres se quedaron mirándolo en silencio, no esperaban su reacción. De hecho esperaban lo contrario, lo habían escuchado en días anteriores alentar una buena convivencia con los omegas.

—¿Estás bien? —Changbin lo miraba confundido.

El alfa se dio cuenta de la situación, cambió su postura y se refregó los ojos, fingiendo que aun seguía cansado.

—Si, perdón... mejor no hagan nada, al menos hasta que pasen unos días. —Apartó la mirada rogando que su mal humor pase como un simple malestar mañanero—. Se nota que los omegas no nos quieren, esperemos unos días para darles su espacio.

El ambiente pareció tranquilizarse, aunque había cierta duda que se mantenía, todos eran los mejores amigos desde hace años y para ellos era muy obvio que algo rondaba por la mente de su amigo, lo notaron en la noche cuando sintieron el débil aroma agrio que emanaba mientras fingía dormir. Un intercambio de miradas entre los tres fue suficiente para acordar estar atentos a Chan, algo pasaba y sabían que él no se los diría.

En el transcurso de la mañana Chan descubrió una nueva dinámica de convivencia, en el instituto nadie tenía sirviente, todos deben cooperar para asegurar un buen año, una buena convivencia, y eso incluye cocinar.

Al inicio de cada trimestre se establecen diferentes grupos de 15 estudiantes al azar que serán los encargados de preparar el almuerzo o la cena, estos grupos son fijos y se crean una gran cantidad de grupos para asegurar la participación de todos los estudiantes durante el año.

Amor en Zona de Guerra [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora