Match Point

4.

Observaba el vestido que se encontraba sobre mi cama. Era precioso, pero no sabia si usarlo. Hace unas cuantas horas estaba super emocionada por la cena con los demás tenistas, pero ahora... Deseaba poder inventarme una excusa y encerrarme en mi habitación.

"Acuérdate de que según la tradición de Wimbledon, los dos ganadores individuales deben bailar juntos".

Ese mensaje de mi entrenador fue la causa de mi terror. Si ya me hubiese puesto nerviosa bailando con cualquier persona, sentía que en cualquier momento me iba a desmayar al saber que tenía que bailar con ni mas ni menos que Carlos Alcaraz, el ganador de Wimbledon este año.

¿Por qué él? El universo simplemente me quería ver sufrir. Que vergüenza, ya me podía imaginar todas
las noticias que saldrían el día siguiente. Y de verdad, que hubiese dado todo por poder escaquearme y no ir, pero al fin y al cabo era la ganadora, la tenista principal... Junto a Alcaraz.

Me tomé unos buenos minutos viendo el vestido, analizando todo lo que podía salir mal aquella noche, para al final suspirar y comenzar a prepararme, no había manera de escapar.

Durante todo el trayecto me mantuve callada, ya no tenía tantas ganas de ir como antes, y solo quería que todo se acabase lo más pronto posible.
Y al llegar, sabía que estaba perdida. Los periodistas rodeaban el complejo entero, no había manera de que esa escena no se grabase. Entré sonriente, saludando a los periodistas y actuando como si mi corazón no estuviese a punto de explotar de lo nerviosa que estaba, y una vez terminado el acto, entré dentro del restaurante.

La iluminación y la decoración aportaban un ambiente perfecto al lugar, todo el mundo estaba animado. Reconocí a la mayoría de personas, y las fui saludando, quedándome a hablar con ellas un rato, hasta que el evento comenzase.
Una vez la iluminación fue atenuándose, todos nos sentamos en nuestros respectivos sitios, sobre los que había una pequeña placa con el nombre de cada persona.

-Buenas noches a todos, vamos a dar comienzo a la pequeña ceremonia de hoy...- Ahora mismo daba gracias a mi madre por haberme apuntado a clases de inglés desde pequeña...y tenis, supongo.

La presentadora seguía hablando, pero no podía concentrarme en ella, sino en él, en el hombre que estaba sentado una mesa delante mía, y con el que tenía que bailar esta noche.
Llevaba el típico traje negro, combinando con la corbata. Recientemente se había afeitado la barba, y por alguna razón se veía mucho mas...
¿En qué estaba pensando?

-Señoras y señores, ¡Un aplauso para los ganadores de este año, Irina Martí y Carlos Alcaraz!- Espera, esa soy yo. Rápidamente improvisé y actué como si hubiese estado prestando atención y realmente supiese lo que estaba pasando. Me levanté de mi asiento y caminé hacia el escenario, sonriendo al público. Saludé a la presentadora, que me entregó mi trofeo, y sin darme cuenta, me encontraba en el mismo escenario que Alcaraz, quien también sostenía su trofeo. Dimos unas palabras de agradecimiento y entregamos de vuelta los trofeos.

-Bueno, es hora del tradicional baile de los ganadores, vuestro primer baile juntos- Dijo la presentadora, dirigiéndose a nosotros.

Y por primera vez en toda la noche, Carlos y yo compartimos mirada.

Estaba nerviosa, no, nerviosísima, iba a bailar con el chico con el que medio mundo tenista me quería emparejar, y para mi mala suerte, era guapo.

Ví como me extendió la mano, y sonreí intentando esconder mis emociones, para después aceptársela y acercarme a él. Puso una mano en mi espalda, y yo le correspondí apoyando una mano en su hombro. Pero para lo que no estaba preparada fue la manera en la que entrelazó nuestras manos sobrantes. Su tacto era sorprendentemente fino, me esperaba sentir callos, debido a la raqueta, pero sus manos eran suaves, y por alguna razón, encajaban perfectamente con las mías.

Comenzamos a bailar al ritmo de "Dance the night", cantada por Dua Lipa, nada romántico, lo que realmente agradecía. Bailamos por unos segundos de manera un poco cómica, para terminar con él, dándome una vuelta, lo que me hizo reír cortamente.
La gente nos aplaudió y finalmente nos bajamos del escenario.

Me senté en mi asiento con el corazón a mil. Al final no había sido para tanto, sin embargo, estar tan cerca de Alcaraz...Era un sentimiento extraño.

Al final de la pequeña ceremonia de inauguración, los meseros nos trajeron la cena, y cuando todos terminamos de comer, finalmente nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones dentro de la villa de Wimbledon.