XXI

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Sofía Colucci

Salí azotando la puerta y con pasos rápidos subí las escaleras, quité el seguro de la puerta y me metí cerrando la puerta tras de mi y recargándome en ella mientras soltaba el aire que había retenido. De solo pensar que casi caigo en sus redes me hierve la sangre de coraje. Es un idiota que lo único que quiere es jugar conmigo.

Todavía tiene el cinismo de preguntarme qué pasó. ¿Ya se le olvidó como andaba él cuándo terminamos? El mismo día que terminamos se fue de fiesta con sus amigos. No se le veía una pizca de tristeza ni remordimiento, como si estuviera celebrando que nuestra relación acabó, corrección, lo estaba haciendo. Después de eso todo empeoró, lo veía en las historias de sus amigos de fiesta en fiesta y con cuanta vieja se le pasara por enfrente.

Mientras el disfrutaba de su soltería y de haberse librado de mi, yo estaba intentando recoger cada pedazo de mi roto corazón. En ningún momento me buscó, en ningún momento intentó arreglar nada. ¿Y ahora quiere aparecerse como si nada? ¿Cree que diciéndome mi chula se arregla todo? No entiendo como pude ser tan estúpida para haber estado a punto de besarlo.

El martes que salí de mi sesión de fotos me fui a llorar a mi departamento. Lloré hasta quedarme dormida y me desperté para hacer lo mismo. Mi llanto se calmó un poco cuando una canción me hizo reaccionar, irónicamente era una canción de él con Antonio.

"Límpiate de la amargura, que te dejó, no valoró"
Él fue quien terminó la relación, él fue quien tiró todo a la basura, no yo. ¿Por qué soy yo la que está llorando cuándo el se la ha pasado a toda madre todo este tiempo?

"Y es tarde ya para arreglar, parece una pesadilla, es mejor así, seguir sin ti"
Yo estaba bien sin el, tardé en estarlo pero lo logré. Ya no hay nada más que hablar. Lo que hubo entre nosotros quedó en el pasado, ahora es el presente. Cada quien tiene su vida por separado y así debe seguir.

Cuando terminó la canción ya no estaba llorando, estaba enojada. Enojada con él por lo que me hizo y lo que está haciendo ahora, y enojada conmigo por permitírselo ¿Qué derecho tiene él de venir y querer hacer de mí lo que le de la gana?

No tenía planeado decirle las cosas así, ni que habláramos en esas circunstancias. Pero el verlo ahí parado preguntándome que fue lo que pasó, como si no recordara todo lo me hizo, diciéndome que si porqué lo evitaba, como si el fuera ajeno a la situación cuando el fue quien decidió darle fin me hizo explotar. No era como tenía planeado hacerlo pero le dije lo que quería decirle y me siento satisfecha. Ya puedo continuar mi vida como lo había estado haciendo.

Suspirando me separé de la puerta y salí cerrándola con seguro. Hay una fiesta abajo esperándome y no pienso dejar que Gabriel me la arruine. Si el disfrutó a unas horas de haber terminado, ¿por qué no lo haría yo años después?

Al llegar abajo me fui directo a la barra, tomé un vaso con alcohol y un shot de los que estaban ahí servidos. Después de tomármelo me dirigí a la sala con mi vaso en mano buscando a mis amigos. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver a Alondra en una esquina riendo con un muchacho, me dirigí en dirección contraria a ella, donde estaban los demás platicando animadamente en el sillón. Para mi buena suerte no había señas de Gabriel.

- ¿Dónde andabas, Sof? - preguntó Nata haciéndome espacio en el sillón.

- Fui al baño, Nat.

- Mmm estás hablando muy sobria, abre la boca - dijo Hassan acercándose a mi con una botella.

Le hice caso y pronto sentí el alcohol pasar por mi garganta. A mi alrededor sentía como me animaban y me apuntaban con flashes. Riendo quité mi cara, pues Hassan no quitaba la botella, me mojé un poco pero no me importa, planeaba beber tanto alcohol como fuera posible y disfrutar esta noche.

Ya Corazón | Gabito BallesterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora