●Busqueda y perdon●

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Oscuridad, en la oscuridad yacía el cuerpo desmayado de la tierra que en su inconsciencia estaba en un estado de sueño, como si solo se hubiera quedado dormido.

En el sueño, una pequeña fiesta entre el y su luna, era lo que lo llevaba de calor, una fiesta en la que compartían recuerdos que vivieron juntos, rememorando el pasado con alegría y deseando pasar más tiempo así, ¿Realmente quería tanto a esa luna?, claro que sí, para el, esa era la única luz verdadera en su vida, esa sonrisa que le daba calor, esa risa que lo hacía soportar cada guerra entre sus humanos, esos consuelos que mantenían su cordura.

Lentamente, aún en el sueño, pudo sentir un calor abrumador, un calor que lo invitaba a despertar y así pasó, poco a poco abrió los ojos, siendo estos golpeados por la luz de sol, al estar completamente despierto pudo divisar a sus amigos, Marte, Venus y Mercurio, acompañados por su luna, que al igual que todos tenia una cara preocupada. Eso lo puso triste pero en el fondo lo tranquilizó, "si aún se preocupa por mi es porque no me odia", dijo para si, quedándose quieto por varios minutos, mirando hacia donde se encontraban ellos, luego de unos minutos, mercurio notó que la tierra estaba consiente y alertó a los otros de ello.

Sus amigos se detienen en frente de el, preocupados aunque más tranquilos al ver que ya está conciente.

— Tierra, ya despertaste, – dice Marte con una mirada tranquila – estábamos muy preocupados por ti – dice para ser interrumpido por Venus.

— ¿¡Porque fuiste a ese lugar eh!?, ¿¡Acaso eres imbecil!? – dice con su típico tono molesto pero igualmente preocupado por su amigo.

La tierra no soltó palabra, se quedó así, en silencio, mirando al frente sin reacción alguna, como en un estado de trance.

Un tiempo después sus amigos decidieron que era mejor irse, tal vez tierra estaba muy traumatizado aún como para responder, era mejor dejarlo descansar y después lo bombardearían de preguntas.

La luna y la tierra se quedaron así por un tiempo, hasta que la tierra volvió en sí, empezó a pensar ¿Luna no le dijo a sus amigos que el fue el que le pidió que fuera ahí? ¿Porque?, no estaba molesto, solo que pensó que luna les diría, así que decidió preguntarle.

— Luna, ¿No les contaste a Marte y a Venus que tú me pediste que vaya? – dijo con su ahora muy común tono inseguro.

La luna no respondió, se quedó de espaldas al planeta, mirando hacia las órbitas de Mercurio y Venus, hasta que finalmente se da la vuelta de manera lenta, con una cara de preocupación y miedo, solo que hay algo inusual, algo en su rostro parece decir que esa preocupación es actuada, como cuando vas a un acto escolar y los niños parecen querer reír, esa era la exacta manera de describir la falsedad de su expresión.
Luego de unos segundos así, responde.

— Es que tenía miedo... De como podían reaccionar – dice de manera tímida – sabes cómo es Venus, no quería que me gritara, ustedes son muy grandes en comparación mía – agregó con una sonrisa temerosa.

— Si, entiendo luna, Venus puede ser muy grosero a veces, no estoy molesto, si es que creíste que si – dice la tierra para calmar a su luna.

— Me alegro, pensé que te molestaste – dice mirando a su planeta.

— Claro que no luna, no podría enojarme contigo – le responde el planeta con vida.

La luna solo se da la vuelta y se sienta de espaldas a su planeta, tierra no tiene idea de que hacer en ese momento, el silencio sepulcral es incómodo, pero no quiere molestar. Después de estar así un rato recuerda que el tenía el asteroide y se desespera ante ese recuerdo, ¿¡Dónde lo había dejado!?, lentamente se alejó hasta que se encontró con Marte tapando su camino con una mirada seria.

— ¿A donde crees que vas tierra? – dice Marte.

— A... No se... ¿No viste si tenía un asteroide cuando llegue aquí?, ¿Como llegué en primer lugar? – dijo algo confundido recordando que el no podía haber llegado el solo hasta aquí, al menos no en el estado que estaba.

— Te trajo Júpiter, noté que no estabas entonces le pregunté y el le pregunto a Saturno y así hasta que llegaron dónde Plutón que dijo que estabas por ahí, te buscaron y ¡Bum! Estabas al borde del cinturón de kuiper completamente congelado o eso dijo Júpiter – le dice Marte ligeramente molesto.

— Oh... ¿Pero si tenía un asteroide? – le repite el planeta con vida, poco le importaba como lo encontraron.

— No, al menos no que yo sepa, Júpiter seguro sabe – le dice Marte confundido.

— Bien ya vuelvo – dice para esquivar al planeta rojo con rapidez y cruzar el cinturón de asteroides, dejando a un confundido y molesto marte, pensando en como excusarse sobre la de nuevo desaparición del planeta con vida.

Ya el la órbita del gigante la tierra parece inquieto, quiere encontrar al mayor rápido, es muy importante ese asteroide.
Júpiter nota la presencia del mayor de los planetas rocosos (en tamaño), y va junto a el rápido, ¿Estaba a punto de morir de frío extremo hace unas horas y vuelve?, ese niño de verdad tiene un fetiche raro con el dolor o algo así? Pensó, ya al llegar el más pequeño le saluda felizmente y le hace una pregunta, quiere saber sobre un asteroide que tenía cuando estaba en sus últimas por así decirlo.

— Lo tienes o donde lo dejaste? – le dice el rocoso de manera nerviosa.

— Lo deje por ahí, estabas agarrándolo con fuerza y te podía lastimar, era bastante mas grande de los que estas acostumbrado a tener, no era seguro.
El rocoso se congeló (no literalmente), ¿de verdad hizo todo lo que hizo para nada?, talvez le puede pedir a Júpiter si puede buscarlo por el.

— ¿Puedes buscarlo por mi?, Júpiter... – dice algo nervioso y avergonzado el rocoso – es muy importante para mí.

— ¿Por que lo seria?, como sea, lo haré, solo no te metas en problemas, pequeña tierra – le dice con una sonrisa.

— ¡Muchas gracias Júpiter!, de te lo agradezco... – dice dando pequeños saltos para luego alejarse avergonzado y con frío.

— Así que pequeña tierra eh? – dice entre risas bajas una voz cercana.

— Si, ahora tierra confía, as en mi que en ti – dice el gigante confiado, conociendo de la presencia del anillado.

— Un acto de bondad no va a hacer que tierra confíe más en mi que en ti, soy como una madre para el, tu serias un vecino raro... – dice de manera burlona.

— Cállate...

Su pequeña pelea no va a resolver los problemas que se aproximan gigantes, deberían de empezar a prestar atención a la pequeña tierra.... antes que sea tarde...

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1126 palabras claro que si!

Revivi gente, es que no encontraba mi cuaderno...

Pero bueno, también me tome mi tiempo para hacer un cómic de esta historia, aunque sólo tiene un capitulo.

Espero que les halla gustado bastante, perdón por la larga espera, tuve varios problemas personales en este tiempo, pero estoy lista para seguir con esto ahora. Como sea.

Sayonara~

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⏰ Última actualización: Aug 29 ⏰

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