𝘼𝙠𝙖𝙧𝙞

43 8 0
                                    

《𝘛𝘦 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳é 𝘢 𝘷𝘦𝘳.》

El olor metalico de sangre rodeaba el lugar así como su carmesí color.. provocaba una sensación de disgusto en el hombre de largos y preciosos cabellos azabache, siendo la sangre derramada por una "criatura inferior" con la yema de su dedo pulgar la retiro. Su rostro con una expresión sombría que imponía el nuevo orden,ningún "mono" se atrevería a desafiarle.

Por otra parte Satoru Gojō, denominado como el "Chaman más fuerte de la época moderna" yacía en su silla desplomandoze con melancolia en ella. En la habitación llena de un silencio sepulcral el hombre se lamentaba, ahora recordando su maldición.

"Si tan solo no hubiera pasado por alto.. quizás y así seguirías junto a mi"


Eran uno de los muchos quejidos que susurraba Satoru siendo interrumpido esta vez, por una suave voz que lo saco de su deprimente mente.

—¿Gojo..puedo pasar?—

Al otro lado de la puerta Shoko Ieri sonaba inquieta, preocupada y vaya que tenía motivos para estarlo. El ojiazul no había atendido correctamente las misiones que se le asignaron.. no desde que fue a ese estúpido centro comercial nuevamente solo.

—Adelante...—
Descontento, permitió entrar a su amiga. Ieri abrió con cuidado la puerta entrando a la habitación acercándose inmediatamente hacia su amigo.

—Gojo..puedes decirme que esta pasando ¿Por favor?—

Exigió la joven manteniendo un semblante frío que.. por supuesto no impacto a el hechicero entendiendo que solo era su manera de ocultar su verdadero pesar. Lentamente desvio la mirada ..su silencio, parecía hablar por sí sólo. Al igual que su amiga el no era el mejor para comunicar sus sentimientos siempre y cuando estos no fueran los alegres y tontos que solía mostrar. Shoko entendió ambos habían traspasado el duelo de perderlo ; por lo que asintió.

Tomo asiento a su lado sacando un paquete de cigarrillos ..no le tomo mucho para encender uno y colocarlo en su boca inhalando el humo, una bocanada más hasta que por fin volvió a hablar.

—Necesitas despejarte—

menciono tomando nuevamente una bocanada de su cigarro

—Sal un rato a caminar o algo.. eso..te ayudar—

Un poco se aire fresco le iria bien; conociendolo . Todos necesitamos un tiempo para relajarnos, dejar aunque sea unos minutos nuestras responsabilidades. Además era doctora sin duda, sabía de lo que hablaba justo cuando Gojo estaba a punto de negarse ella le interrumpió.

—Es una orden por parte de tu Doctora.

Con una sonrisa triunfante, Gojo bufeo era divertido ver a Ieri alzando su ego.
Levantándose de su silla ahora dispuesto a salir de su habitación paro cuando Ieri a lo lejos grito:

— ¡No vayas tan lejos!—

Así finalizando su corta conversación si bien podían intercambiar palabras durante "su trabajo" era casi imposible mantener una linda charla entre amigos como solían hacerlo antes con más frecuencia. El frío viento de las calles de Tokio golpeaba su rostro justo después de salir del templo, estaba claro que no iba a hacerle caso a Ieri o al menos no del todo además ¿Quién se creía? No era un niño ¡Es un adulto completamente responsable capaz de cuidarse, después de todo es el hechicero más fuerte de todos!Pronto mientras divagaba en sus pensamientos llegó a una parte de la ciudad con más movimiento de lo usual decorado con innumerables callejones entre ellos uno que dirigía hacia un hogar abandonado, rapidamente detecto energía maldita proveniente del lugar..echando un vistazo más profundo se percato a quien pertenecia tal cantidad energía.
Oh.. y sabría reconocerle en cualquier lugar, en cualquier circunstancia, después de todo lo conocía como a nadie más. Por pura inercia su cuerpo se movió rápidamente con dirección al edificio abandonado.

" Getō Suguru"

Admiro como si fuera la última vez que lo tuvo. Su cabello oscuro, ahora más largo, su postura, su olor y alguna que otra cosa irrelevante como su nueva vistementa. Era inevitable que; ante aquel roce de almas del pasado ninguna reconociera a la otra. Suguru giro lentamente estupefacto, sus violetas ojos cantelleando una tristeza y nostalgia.

Ahora ambos en silencio sus miradas conectadas.Había transcurrido bastante desde su última confrontación y tenerse de frente el uno al otro era una experiencia única como era de esperar del usuario de los 6 ojos pudo notar a detalle cada cosa que le rodeaba, intuyo que; su amigo estaba en una búsqueda de maldiciones de las cuales hacerse pues en su mano llevaba una de esas destellantes esferas.

—Satoru.. —

Susurrando su nombre con su voz hipnotisante y cantaría que le provocaba a cualquiera un escalofrío, dicho que recorrio todo su cuerpo pues, el amor plasmado en su simple nombre era algo que le haría llorar   y derrumbarse en ese momento.

—Suguru—
Sus ojos posados estaban claramente posados en cada mínimo movimiento del otro siendo así su gélida respuesta.

—¿Vienes a matarme?Dijo con una sonrisa juguetona —Adelante.

— Tu.. que demonios haces aquí..

Fue lo único que pudo salir de su escurridiza boca.

— ¿Que te parece que estoy haciendo, Satoru..?— Murmuró  con ironía ante la  pregunta.

Atónito el albino apretó sus puños tratando de buscar las palabras correctas ante la avalancha de emociones que se le venían encima, sumándole a ello el terrible hedor del lugar, el frío viento de las mismas calles todo el ambiente  parecía saturarlo.

— Por qué..  ¿por que decidiste..dejar la escuela de Hechicería.?

Satoru ahora cabizbajo parecía nervioso antes de si quiera hablar.

Geto suspiro, exhausto.

— No había lugar para mi allí. Jamás lo odie.. es solo que..—Paro cuando  pareció percatarse de lo que decía, arrepentido de haber seguido. Ante esto los ojos de Gojo relucieron en la oscuridad como si entendiera a la perfección las últimas palabras que diría.

—Pudiste haberme dicho, pude...haberte ayudado si tan solo tu..

Hablo exasperado, continuo balbuceando  cada ves más  mientras se posaba frente a él. El azabache frunció el ceño frustrado. por la situación alzó la voz.

— ¡¿Acaso no lo entiendes?! No habrías solucionado nada incluso si hubieras estado ahí para mi cuando lo necesitaba... nada cambiaría.

Los ojos de el peliblanco se abrieron de sorpresa, dejando al descubiertos sus preciosos orbes azules que lentamente se tornaban más brillosos por las lágrimas que comenzaba a acumular.

¿Era cierto eso? ¿Podría ser el.. la razón por la que se fue?》

— El ayer ya no me sirve de nada, Satoru. Y no pretendas tratar de arreglarlo ahora..

Su voz se quebraba conforme hablaba, era una terrible verdad que tenían ambos que enfrentar.

— Este camino es el que yo elegí. Quisiera haber cambiado, pero estos sentimientos no lo harán.

Era todo lo que tenía por decir, Satoru atónito contemplaba a quien tenía delante suyo. Resignado ahora Satoru una lágrima cayó gentilmente  por su rostro, cariñosamente Geto se acercó ofreciéndole consuelo en un cálido abrazo  al cual Gojo se aferro  posando suavemente su cabeza sobre el hombro del otro comenzó a sollozar, en su vida habían pocas ocasiones en las que se  le (el y los demas integrantes del clan) había permitido llorar pues tenía un rol que cumplir pero ahora en este momento  sabía que con el no tenía nada que ocultar. Suguru acaricio el sedoso pelo de Satoru con cariño y delicadeza mientras el otro continuaba ahogandose en lágrimas. Era un tipo de encuentro peculiar, si pero uno que solo los dos podían comprender no hubo las que decir pues todo inevitablemente estaba dicho en el pasado con sus propias acciones.

Así bajo la luz de la luna Geto se separo del tierno abrazo con dificultad sin haber derramado una sola lágrima pero con los ojos llorosos tomo el rostro de Satoru acercando su frente susurro una promesa que el jamás olvidaría.

❝ Nos volveremos a ver ❞

If only you had told me  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora