Evan era, junto a su hermana melliza, el hijo mayor de la familia Rosier. Esta era una familia adinerada y de sangre pura, perteneciente a los Sagrados Veintiocho. Habían vivido en Francia durante generaciones, por lo que tanto Evan como Pandora y su hermano pequeño Félix sabían hablar Francés -al igual que los Black- y tenían su acento.
Desde pequeño le habían enseñado modales y le habían dado consejos para su futuro, siempre desde el cariño y la confianza, al contrario de la familia de Regulus.
A Evan se le daban bien demasiadas cosas, como a su hermana; ambos eran grandes magos, buenos estudiantes y tenían un carisma especial. Los dos habían recibido clases en casa durante toda su vida antes de llegar a Hogwarts, por lo que ya estaban bien preparados cuando llegó el momento.
Hacía mucho que Evan no salía de la sala común más que para ir a clase. Estaba amargado, aunque no sabía la razón, nadie la sabía. No tenía ganas de salir y mucho menos de conocer gente. Todos sus amigos ya estaban tonteando o saliendo con alguien: Regulus con Barty -que los tenía que aguantar muchas veces en su habitación-, Dorcas con Marlene Mckinnon y Pandora con ese tal Xenophilius, vaya nombre más raro. Aún así, últimamente veía a su hermana más pegada a esa pelirroja de Lily Evans.
¿Y Evan? Evan no salía con nadie, no tonteaba con nadie. Es claro que todos los días grupos de chicas normalmente menores se acercaban a Evan para pedirle una cita, pero a él no le interesaba ninguna y terminaba teniendo que rechazarles una a una.
02/09/1977
Estaba solo en su cuarto fumando un cigarrillo cuando la puerta se abrió de golpe. Asustado, escondió como pudo la mano con el tabaco, aunque enseguida dejó de disimular en cuanto vio quién entraba por la puerta.
— ¿Tan rápido vuelves? No sabía yo que durabas tan poco... — Bromeó, riendo entre dientes y dandole otra calada a su cigarro.
Regulus solo le hechó una mirada fría y se tumbó en su cama sin decir palabra.
— Eh, venga, ¿qué ha pasado? — Se arrepintió Evan, sin entender la razón de tanto silencio.
— Nada. Que lo hemos dejado. Bueno no lo hemos dejado porque no éramos novios, pero algo así. — Respondió Regulus.
Evan se inclinó para sentarse en la cama y poder ver mejor al contrario en la cama de al lado.
— ¿Que te ha dejado? No se puede haber atrevido... ahora mismo voy a tener unas palabras con él. — El tono de Evan hacía verle cada vez más enfadado.
— No, no, Evan, no hace falta, él no ha-
Antes de que pudiera terminar, el chico ya había salido por la puerta, apagando el cigarrillo y guardándoselo para después.
Regulus no quiso pelear, dejaría que Evan fuera a molestar a Barty y volviese al rato para dormir, como siempre.
El castillo por la noche parecía un laberinto, pensaba Evan mientras buscaba la sala común de Ravenclaw, a la que ni siquiera estaba seguro de poder entrar.
— Evan, ¿qué haces aquí a estas horas? Es la 1 de la madrugada. — Una conocida voz pegada a una cabellera rubia y unos ojos azules le detuvo. Era su hermana Pandora.
— ¡Dora! Estaba... — Evan tomó una pausa para pensar en la mentira que estaba a punto de inventarse. — Estaba buscándote. Sí, eso, para que me dejaras dormir contigo.
— ¿No eres un poco mayor para eso? — Puso los ojos en blanco. — Dejaré que vengas conmigo si me cuentas la verdad.
Evan dudó en contárselo. Barty era el mejor amigo de su hermana, no le haría ninguna gracia. Así que decidió contárselo... a medias.
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Evan no és Regulus
FanficROSEKILLER // A Barty le encanta todo de Regulus. Todo menos su mejor amigo, el mellizo de Pandora: Evan Rosier.