cuatro.

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Los sábados para mí eran los días más relajantes. Al día siguiente no tenía que despertarme temprano ni ir a la universidad, por lo que me sentía tranquilo. Aunque muchas veces tuviese que estudiar o hacer tareas, al menos no tenía que madrugar y eso me bastaba.

Mi teléfono empezó a sonar y al mirar la pantalla vi que se trataba de Dylan. Fruncí el ceño, ¿por qué me llamaba? Él y yo hablábamos poco aunque nos llevásemos bien y era muy extraño que me llamase.

Aun así, decidí no darle muchas vueltas y responder. Tal vez era algo importante, aunque lo dudaba.

—Hola, Dylan.

—Hola, Harry. —respondió animado. —Pensé que no ibas a responder la llamada.

—¿Por qué no iba a hacerlo?

—No sé, creí que no ibas a tener el móvil a mano.

—Casi siempre suelo tenerlo cerca. —aclaré. —¿Qué necesitas?

Me daba intriga saber qué era lo que quería.

—Bueno, hace mucho que no coincidimos y el día de la fiesta no nos vimos.

Era verdad, la fiesta fue suya y en su casa y aun así no supe nada de él en todas las horas que estuve allí. Que aunque no fueron demasiadas, sí las suficientes como para haberle visto aunque fuese una vez.

—Así que me gustaría que vinieses al cine. Hoy voy a ir junto con varios amigos, seguro lo pasarás bien.

La idea me agradaba, pero lo que no me agradaba era el tener que ir con los amigos de Dylan. Y no, no me caían mal, pero no tenía trato ni confianza con ninguno de ellos. Como máximo hablaba con Draco, y casi nunca para cosas buenas.

—Agradezco que me invites, es un detalle, pero...

—Deberías animarte, así hablas con más personas. —me interrumpió. —A todos mis amigos le agradas y no les importa que seas gay, ya sabes que me junto con personas que son abiertas de mente. —intentó convencerme.

—¿Irá Draco?

Me acordé de él al escuchar gay y abiertas de mente. Justo todo lo que mi crush no era.

La línea se quedó en silencio y eso me dio la clara respuesta. Draco iba a estar ahí, y sorprendentemente, no me apetecía verle.

No estaba acostumbrado a verle fuera de la universidad. Nunca salía con él o su grupo de amigos, ni tampoco con amigos que teníamos en común, en este caso Dylan. Así que si en la universidad ya me molestaba y no se cortaba ni un pelo en insultarme, entonces en la calle debía ser mil veces peor.

—Por favor, ven. No te vas a arrepentir, lo prometo.

Al final acabé aceptando porque Dylan, aparte de orejón, también era un cabezota. Pero ahora por aceptar esto, no tenía ni idea de qué ponerme, así que opté por usar el comodín.

Draco, ¿qué más te atrae a la hora de vestir en una chica? Quitando las camisas de cuadros.

Agradecí inmensamente que no tardase en contestar y sonreí ante su respuesta.

Draco:
Pantalones vaqueros claros 👌🏻

Genial, gracias 💕

Justo tenía lo que a él le gustaba. Tenía en el armario un par de pantalones vaqueros de color claro y ambos me quedaban bastante bien y ajustados, como suele gustarle a los chicos.

Escogí el que hacía más tiempo que no me ponía y arriba decidí usar una sudadera de color rojo. A Draco le gustaba ese color y a mí también. Los gustos que teníamos en común debía aprovecharlos. Luego me coloqué unas zapatillas blancas y colonia de olor a vainilla.

Conquistando a un homofóbico || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora