Salí de la tercera clase del día y me dirigí hacia fuera a buscar a mis amigos. Los encontré sentados en uno de los muchos bancos que hay por el lugar y me senté junto a ellos. Nos saludamos felices de vernos y nos dispusimos a comer mientras hablábamos de cómo nos había ido en las primeras clases. Hermione se estaba quejando de que le habían quitado un punto en un examen por una estupidez y que por culpa de ello no había conseguido tener un diez.
En esta universidad yo solo tenía tres mejores amigos: Hermione, Ron y Cedric.
Era el más pequeño de todos y ninguno compartíamos carrera, todos estudiábamos cosas diferentes, pero eso no fue un impedimento para poder forjar entre nosotros una preciosa amistad.
De repente, alguien se acercó a nosotros corriendo. Una vez que paró enfrente nuestra vi que se trataba de Blaise, un amigo de Cedric.
—¿Qué pasa? —miró Cedric a su amigo de arriba a abajo. —¿Por qué tanta prisa?
—Necesito hablar contigo sobre una cosa que no entiendo. —aclaró.
—¿Ahora? ¿En serio? —su amigo asintió y él bufó en respuesta. —Solo nos dan cuarenta y cinco minutos para descansar y tú me los vas a quitar por tus dudas. —se levantó del banco. —Deberías estar agradecido conmigo por ser tan buen amigo.
—¡Lo estoy!
Blaise y Cedric estudiaban lo mismo, y como ambos se tenían tanta confianza, entonces Blaise aprovechaba eso para poder preguntarle a Cedric dudas sobre temas que él ya había dado por ser mayor.
Al final, solo fuimos tres durante todo el descanso hasta que el timbre sonó y tuvimos que despedirnos para irnos a nuestras respectivas clases.
Mientras me dirigía a la cuarta clase del día, recordé que el libro para esa asignatura lo tenía en mi taquilla, así que con rapidez me di la vuelta para ir a recogerlo.
Al llegar visualicé a una persona que me provocaba sentimientos buenos y a la vez pura irritación. Se trataba de Draco, el chico que me tenía irremediablemente enamorado. Estaba conversando con una chica con mucha tranquilidad y ambos muy cerca, como si el timbre no hubiese sonado y no tuviesen que ir a clases.
Durante los dos años que estuve enamorado de él, había tenido que soportar sus burlas, empujones y humillaciones. Pero lo peor para mí siempre fue tener que ver como salía con chicas y tenía novias. Porque sí, Draco siempre había tenido muchas chicas detrás y muchas novias. Ninguna le duraba más de un mes, pero durante el tiempo que se mantenía soltero siempre tonteaba con alguna o tenía algún rollo para nada serio.
Agradecía que al menos nunca se hubiese enamorado, pero a la vez eso me quitaba esperanzas, porque si ninguna mujer había logrado ganarse su corazón; ¿cómo iba a lograrlo yo? Lo veía muy poco posible, y por eso el plan que tenía aunque fuese muy bueno no me daba la total confianza. Iba a ser muy difícil poder acercarme más a él teniendo que escuchar como me habla con un mal tono o me insulta por ser gay.Pero no importaba, nada de eso iba a impedir que lo intentase. Seguramente no saldría victorioso de todo esto, pero debía arriesgarme.
Cogí el libro que era necesario, cerré la taquilla y sin volver a mirarle me fui hacia la clase correspondiente.
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Después de una larga tarde en la que estuve terminando un trabajo, me levanté de mi silla y me estiré. Tenía la espalda fatal, necesitaba pronto un buen masaje.
Posé mi vista en el reloj que tenía encima de mi escritorio, las 20:50. ¿Sería buena idea empezar con mi plan? Seguramente Draco ya no estaría haciendo nada importante, o eso esperaba.
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Conquistando a un homofóbico || Drarry
Hayran KurguHarry está enamorado de un chico homofóbico llamado Draco Malfoy. Y a pesar de que lo tiene difícil, no se va a dar por vencido, él tiene un plan. Advertencia: Contenido homosexual. Esta historia es una adaptación, todos los créditos correspondiente...