°•✦¡𝑷𝒐𝒔𝒕𝒓𝒆𝒔!✦•° 《ℂ𝕙𝕒𝕟ℂ𝕙𝕒𝕟𝕘》

°•♡𝑬𝒑𝒊𝒍𝒐𝒈𝒐♡•°

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- Hey, Minho, ¿Quieres? - Christopher le ofreció su postre de pastel de fresa que su querido novio había preparado para él, siendo para los demás un postre igual, pero para él uno especial.

Minho, ante la ofrenda de de aquel delicioso postre, asintió y estuvo dispuesto a tomarlo, pero el mayor lo engañó, alejando el postre y llevándoselo a su boca.

- Sale pa allá, ya te comiste el tuyo - Soltó una fuerte carcajadas de maldad y siguió comiendo en paz.

- ¡Changbin, dile a Christopher que no juegue así con mis sentimientos! - Se quejó de forma dramática.

- Chan, no juegues con sus sentimientos - Dijo desinteresado, importándole poco el lloriqueo de su amigo.

- ¡Agh!, ¡no es justo que me hagan ésto! - Se tiró sobre su mesa, empezando a chillar como si fuera un niño, eso hasta que sintió un leve empujón de su lado, haciendo que levante la mirada y vea un pedazo de postre.

- Toma, te doy un poco - Felix le ofreció un pedazo de su postre de chocolate y en respuesta recibió un fuerte abrazo del más alto.

- ¡Gracias Fefi, eres el amor de mi vida! -.

- ¡Suéltame Lee! -.

Bueno, mientras dos chicos hacían un escándalo tremendo, los dos enamorados se dedicaban a darse cariñitos y besitos, mostrándose como si fueran la pareja mas cursi del salón, a pesar de todavía no ser nada oficial. Era un cursi lindo que todos soportaban, así que no había odio, solo envidia porque a muchos chicos y chicas del instituto les gustaba Changbin, pero de ahí nada más.

- ¿Te parece ir a mi casa luego de clases?, compré unas cosas para preparar un rico postre - Le propuso el mayor de ambos, mientras le dejaba uno que otro piquito en sus labios.

- ¿Y cuál es ese postre exactamente? -.

- Un postre de oreo -.

Christopher y Changbin llevaban aproximadamente un mes conociéndose, sin ser algo formal, pero sí gustándose amorosamente, siendo justo ese dia en el cual se cumplía el mes, y claro, como el mayor quería ya dar el siguiente paso, ¿Qué mejor que hacer el primer postre que recibió del menor?, sería todo perfecto, o así lo esperaba el mayor.

- ¿Crees poder hacerlo?, no creo que te quede tan rico como el mío - Soltó con gracia el más bajo, ganándose una leve mordida en su mejilla de parte del contrario.

- Oh cállate, no me subestimes - Seguirían en su linda burbuja de amor, si no fuera porque le había caído un pedazo de cereza en el rostro a Christopher.

Cuando ambos dirigieron su vista a la dirección de donde vino la cereza, observaron a un chico parecido a un perro junto a un chico con mejillas de ardillas, ambos con una mirada asustada, como si hubieran visto al mismísimo Lucifer.

- ¡F-Fue él! - Se acusaron mutuamente ambos chicos, ganándose una mirada asesina por parte del mayor.