Capítulo 3

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Me encontré a mis dos amigas, acompañadas de nada más y nada menos que el trío dinamita.
Elvira y Lyha entraron a toda prisa y cerraron la puerta principal.
-Les hemos dicho que esperen- explicó Lyha.
Elvira suspiró.
-Vamos a arreglarte un poco y sales a conquistar a tu Romeo- concluyó a continuación dándome un repaso de pies a cabeza.
Subimos a mi cuarto y se pusieron a inspeccionar todo mi armario en busca de alguna prenda que les gustara.
-Mmmm...- Lyha sacó una camiseta de tirantes azul cielo- ¿qué te parece esta?
-A ver- Elvira dejó de rebuscar en un cajón para prestarle atención a la camiseta que le mostraba nuestra amiga- Esa camiseta es ancha, necesitamos algo ajustado, que se marquen esas pedazo de curvas.
-Ajá, ¿este mejor?- sugirió una camiseta marrón clara con escote cuadrado.
-Oh sí, perfecta. Ahora pantalones- finalizó Elvira tras cerrar el cajón.
Acabaron escogiendo unos pantalones de campana azul marino, unas Converse blancas y un bolso azul a juego con el pantalón. Mis amigas estaban muy satisfechas con la elección de ropa. Yo más bien estaba preocupada pensando en toda la ropa que habían sacado de los cajones y que luego tendría que ordenar.
-Bien, ahora te pones tu ropita súper fashion, y vas al baño a que te peinemos esos pelos de loca- y con eso Elvira cerró la puerta de mi habitación dándome intimidad.
Me puse el modelito que me habían preparado y salí a que me peinaran. Una vez ternimado el proceso me miraron enorgullecidas.
Elvira cruzó las manos y me miró con finjida nostalgia.
-Ay, el pajarillo va a abandonar el nido.
-Lyha, por favor ciérrale la boca- supliqué.
Ambas nos reímos mientras Elvira cambiaba rápidamente de la nostalgia al enfado (ambas emociones finjidas).
Ya abajo me paso por la cocina a coger una galleta antes de salir.
-La princesa salió de su torre- musitó Rubén cuando salí detrás de mis amigas.
-Estaba estudiando, listo.
Sonrió ante mi burla. Me hizo un repaso de arriba a abajo y para evitar sonrojarme y dejar los nervios de lado me giré hacia mis amigas.
-Bueno, ¿qué estábais haciendo?
-Hablando sobre lo amables que habéis sido al haberos puesto con nosotros en química- contestó Rodrigo mientras sonreía enseñando los dientes a Elvira.
Levanté las cejas inconscientemente.
Román musitó un "vamos" y cogió la mano de Lyha para caminar con ella. Que parejita tan mona forman. Lyha es una chica de pelo oscuro, y con una complexion de modelo. A ella le gusta ponerse pantalones de tiro alto y camisetas de tirantes, y la ropa oscura es lo que más viste. Es una chica tímida, y tienes que esforzarte en conocerla porque ella no se va a abrir a ti únicamente con que le digas hola. Y por esa parte me gusta de Román, porque se esfuerza en conocerla. Además que es un chico muy parecido a ella, viste oscuro, no se habla con mucha gente, es un poco tímido, a pesar de que con nosotras tres se ha abierto muy bien, sobre todo con Lyha, yo diría que la atrae un poco.
Y luego está la parejita de Elvira y Rodrigo. Elvira es alegre, abierta, le gustan los pantalones estrechos y los tops, y la ropa colorida. Con Elvira me costó menos hacerme amiga, pero porque es muy risueña y habladora. Y Rodrigo la pega mucho. El rubio es más abierto que su hermano Román, pero con chicos. Hoy a lo largo del día le hemos visto hablar con muchos chicos, y caerles bien, pero no ha hablado con ninguna chica a no ser que se acercara ella. Es gracioso y le encanta hacer de reír. Yo creo que a Elvira le ha interesado este chico según lo ha visto entrar por la puerta.
Llegamos a la zona comercial de nuestra ciudad y los chicos nos insistieron en entrar. Nosotras decidimos entrar a una tienda de ropa, mientras que los chicos dijeron que irían a dar una vuelta y luego volvían.
-¿Sabéis que hacéis unas parejas muy bonitas?- dejé la pregunta en el aire mientras miraba unos pantalones cargo.
-¿Quién?, ¿Yo con Román?- preguntó Lyha, a lo cual asentí-, pff, ¿qué dices? Estás loca.
-Pues yo con Rodrigo sí- confirmó Elvira.
-Haceis una parejita de cuento de hadas- admití asintiendo a Elvira.
Lyha se estaba yendo para otro pasillo de la tienda cuando la cogimos del brazo para que no se fuera.
-Sabes Lyha, ya has visto cómo es Román que no ha hablado con absolutamente nadie de toda la clase, y con nosotras sí- explicó Elvira.
-Nosotras- verbalizó.
-Sí, pero contigo con más ahínco. Se nota que le atraes aunque sea un poquito- proseguí.
Lyha se lo pensó, durante un minuto, o eso me pareció a mí.
-Bueno, ha pasado sólo un día, vamos a darle tiempo al tiempo- y con eso, colgó una percha y nos dirigimos a la salida.
Nos compramos unos granizados y nos sentamos en una zona de almuerzo mientras esperábamos a los chicos.
Hablamos de muchas cosas, de cómo llevábamos los exámenes, qué estudiaríamos cuando termináramos el instituto, nos encontramos a unas chicas de clase y las saludamos hasta que por fin los chicos volvieron.
Llevaban una bolsa que antes no tenían.
-No me has esperado- se victimizó Rodrigo mirando a mi amiga- bueno, al menos he conseguido comprarte esto.
Y de la espalda se sacó una preciosa rosa fresca. Una de las más bonitas que había visto, parecía recién contada.
Mi mejor amiga se quedó absolutamente muda. Si quiera cogió la rosa, se llevó ambas manos a la boca mientras cogía aire. Después de unos segundos separó los ojos de la rosa para posarlos en Rodrigo.
-Es preciosa, gracias.
Y entonces la cogió para olerla.
Después mi atención se fue a Román, quien le giró la silla a Lyha para que la tuviera de frente.
-¿Te gusta leer? Espero que sí. Sino que vergüenza para mí- esto último lo dijo más para sí mismo.
Entonces sacó un libro de la bolsa y lo puso en las manos de Lyha. La cual tenía la boca entreabierta.
-Yo...- nos miró a Elvira y a mí en busca de ayuda- esto... No sé qué decir. Gracias.
Elvira y yo compartimos una mirada cómplice. Luego tendríamos tiempo de retomar la charla sobre si a Román le atrae Lyha o no.
Un pequeño trozo de mi corazón esperó que ahora tocase mi turno, con mucha suerte Rubén me regalaría un libro. Es el sueño de toda lectora, por eso Lyha tendría que estar loca ahora mismo. Pero Rubén ni se inmutó, miraba la escena con cara neutra.
Se acercó un poco a mí segundos después.
-Conmovedor eh.
-Sí.
Decir que mi humor no había cambiado para mal sería mentir descaradamente.
Nos levantamos para irnos a casa después de insistir un rato.
Elvira y Rodrigo iban hablando y riendo, cuando Rodrigo se daba la vuelta o miraba para otro lado, Elvira aprovechaba y olía la rosa.
Lyha también olía su regalo a mi lado.
-¿Puedo?- la pregunté y asintió.
Cuando tuve el libro en mis manos pude descubrir cuál era.
"La biblioteca de los muertos"
Entonces me dí el lujo de abrirlo y olerlo.
-No hay mejor olor que el de un libro nuevo- confirmé al dárselo.
-Exhia- me llamó Rubén- el bolso.
Le sonreí en modo de agradecimiento. Ya me había dejado el bolso y no me había dado cuenta.
-A mí no me engañas- habló Lyha cuando Rubén se fue con Román- te ha jodido que Rubén fuera el único que no te ha regalado nada.
-Un poco- reconocí.
-Es que, vaya cabrón, cómo lo sabía. ¿Quieres que vaya y le pego?
-No, déjalo.
Me pasó un brazo por los hombros y no mediamos palabra hasta llegar a mi casa.
Mi padre estaba con turno de tarde, y no llegaría hasta las once, así que cené sola y antes de irme a dormir recogí la habitación.
Me puse el pijama y guardé el modelito que me habían preparado mis amigas. Saqué las llaves del bolso, el monedero y el cargador que me llevé por si acaso.
Pero encontré algo más al fondo. Una cajita de plástico con un juguete dentro. Era un Hotwheels. Para resolver las millones de preguntas que se me pasaban por la cabeza en aquel instante descubrí una nota pegada que decía:
¿Pensabas que te ibas a quedar sin regalo? Alguien me ha chivado que te gustan los coches y las motos. Disfrútalo, pulga.

Todo por una promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora