¿Pensabas que te ibas a quedar sin regalo? Alguien me ha chivado que te gustan los coches y las motos. Disfrútalo, pulga.
Lo más probable que sucediera en ese momento, era que se me estuviese dibujando una sonrisita de boba muy grande. Y es que aquel detalle por muy simple que fuese para muchos, que se interesara en mí y preguntará a gente que me conoce, era un mundo.
Me quedé varios minutos con la nota en la mano, y luego pensé en donde la guardaría. No le dí muchas vueltas y lo metí en la primera página de mi diario. Y luego me fijé en el Hotwheels. Era un Chevrolet Cámaro Zl1. Mi coche favorito. Pero si Lyha había hablado conmigo, entonces solo podría haberle brindado esa información una única persona más.
Cogí el móvil y busqué el contacto de mi mejor amiga, llamé y esperé hasta que me lo cogió.
-¿Si?
-Elvira, no le habrás dicho por casualidad a Rubén cuál es mi coche favorito ¿no?
No escuché ni un mísero sonido al otro lado de la línea.
-Ehh... ¿a Rubén?
-Sí Elvira, Rubén. Un chico castaño, ojos verdes claro, alto, pequitas...
-Sí, vale. Sí se lo dije. Es que el chico quería regalarte algo.
-Pero que no quiero que me regale nada- qué fácil es mentirse a uno mismo- no quiero chicos y lo sabéis.
-Vale vale, tranquila fiera. Ahora cada vez que el pobrecillo venga a pedirme algún dato sobre ti me cerraré en banda.
-Además lo bonito es que me quiera conocer, no irle preguntando a mis amigas como soy.
-Solo me ha pedido un dato tuyo para saber que regalarte, no exageres.
Suspiré.
-Sabes Vivi- utilicé su apodo- tengo sueño, mañana hablamos.
-Chao.
Cortó.
El día no podía haber dado más vueltas, y encima todas ellas han sido de campana.
Ya con el pijama puesto y la habitación recogida me dormí.Sonó el timbre que daba comienzo química. Esta clase iba a ser interesante.
Cuando me voy a dormir pienso en muchas cosas, y la noche anterior pensé y declaré que voy a hacer como si no me acordara de Rubén. Quiero decir, en primero, yo no tuve contacto con ningún Rubén, así sería más sencillo que este chico me dejara en paz.
El Sr.Weckett entró por la puerta.
-Chicos hoy vamos a destinar la clase a hacer el trabajo- anunció- así que uniros las parejas y comenzad.
Como la anterior clase Rubén vino a mi mesa. Después de lo cual se quedó mirandome.
Omití eso y saqué los materiales para comenzar el proquecto.
-Vale, yo creo que con esta bola de...
-¿Te gustó el Hotwheels?
Lo miré directamente a los ojos.
-No, pero quiero que quede algo claro. Deja de llamarme pulga porque es un apodo ridículo, y no sé ni de donde viene.
No medió palabra en toda la hora, simplemente hizo todo lo que le iba pidiendo, y como hacía años, lo hizo todo a la perfección.
Terminó la clase, y ésta dio paso a la siguiente, y así sucesivamente hasta que terminó el día. Y día tras otro, hasta que pasaron aproximadamente dos semanas. Ya hacía más frío, y mi ropa favorita en invierno es la ancha. Así que eso llevaba a diario, ropa holgada, además es lo más cómodo.
El trío dinamita ya se había formado un grupo, pero de vez en cuando Román y Rodrigo venían a tirarle los tejos a mis amigas.
-¿Sabes una cosa Exhia?- dijo un día Rodrigo- Rubén lleva unos días un poco deprimido, ¿no le habrás dicho algo?
-Mi amiga es un poco rompecorazones- me pasó Elvira un brazo por los hombros.
-Sí, le dije algo. Pero no puede estar tan superdeprimido cuando nos conocemos de hace dos semanas. Y si es así, dile que tiene un problema- zanjé.
-El problema es que no es una cosa de dos semanas- dijo Román en voz más baja.
Después nos sumimos todos en un silencio sepulcral, o por lo menos hasta que los chicos no dejaron.
-Contexto- exigió Elvira.
-Sii, ¿qué ha pasado?
Sería inevitable que no se enteraran, porque cuando mis amigas quieren saber algo se ponen modo FBI.
-Después del día del centro comercial, le dije que no quería saber nada más de él, y que su apodo era estúpido- sonreí con inocencia.
Ambas con la boca abierta. En el mejor de los casos estarían formulando una respuesta educada con la cual no se pasarán y en el peor... en fin nunca se sabe con mis amigas.
-¿Has rechazado a ese pedazo de pivón?- me miró Lyha anonadada.
-Lo que yo decía, una rompecorazones sin causa.
-Ya decía yo que aquí nuestro amigo Rubén, te miraba mucho en clase.
-¿A que sí? Tu también lo has notado.
-Pero de una forma exagerada.
-¡Oye! Estoy aquí- intervine frenádolas.
-Igual... Román tiene razón, y le has roto una pequeña parte del corazoncito- musitó Elvira.
-Pues tiene que ir espabilando, porque conoce a Exhia desde hace medio mes- se quejó Lyha.
-Ya has oído a Román, es cosa de años.
-¡AY MADRE!- exclama.
-Shhh- la puse la mano en la boca.
-Rubén ese, es Rubén de primero- concluyó.
-Muyy bien, ¿has llegado a esa conclusión tú solita?- se burló Elvira.
-Sii... también puede que hiciera como que no lo conociera- se me fue haciéndo la boca pequeña mientras iba soltando la frase.
-Que mala gente, tiene que estar roto- soltó Lyha negando con la cabeza.
-Aish, que tenemos diecisiete años, ni que estuviera enamorado- abrí los brazos en jarras. Mis amigas compartieron una mirada cómplice-. A esta edad no te puedes enamorar.
Sonó la campana que dictaba el final del patio.
-Para el amor no hay edad- dijo Lyha mientras se levantaba para ir a clase.
-Uy que clase tan interesante toca ahora- Elvira siguió el mismo camino que Lyha.
Química, pero ya habíamos terminado la maqueta y no tenía porqué cruzar palabra con Rubén, ¿o sí?El Sr.Weckett además de nuestro profesor de química también era nuestro tutor. Y en aquella maravillosa clase, no sé le ocurrió otra cosa que juntarnos en mesas de dos.
-...así que chicos, poneros con vuestro compañero de la derecha.
Ah no. El universo estaba en contra de mí.
Me tocó juntar la mesa con Rubén, y según lo que dijo nuestro profesor de química así nos íbamos a quedar de momento hasta finales de curso.
Mi único consuelo, era que tenía a mis mejores amigas detrás.
-Parece que el universo nos quiere juntos- dice cerca de mi cara.
-Ni en sueños chulo.
Le planté el dedo en la nariz y le empujé hacia atrás. A lo que esté soltó un risa.
-Sabes, tus hermanos me han dicho que estabas muy mal, por lo visto no es así.
-Sigo mal, pero leí en un libro que decía "puedes hundirte en el barro o aprender a nadar en él, pero maldecir a la lluvia por haberlo creado no te va a servir de nada". Y eso hago, aprendo a nadar en el barro.
Volvió a acortar la distancia, pero ni me dí cuenta. ¿En un libro? ¿Este chico leía?
Desde tan cerca, podía ver esas pocas pecas que se le veían a la distancia, pero no había pocas, había muchas, solo que con el paso de los años se habían aclarado. Y sus ojos también habían perdido color, ahora eran de un tono de verde muy suave. Un tono en el que te podías perder, como si fuese una especie de laberinto sin salida en el que tú mismo habías decidido entrar. ¿O sí lo habías decidido?
-Como sea- zanjó volviendo a su lugar y abriendo su agenda.
Ví que dentro de cinco días, el viernes, había algo muy importante.
-¿Qué pasa el viernes?- pregunté.
-Hay algo muy importante, y pronto lo sabrás.
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Todo por una promesa
RomanceUn chico que me prometió su amor, se va a la semana siguiente, y cinco años después vuelve con sus dos hermanos gemelos, ideales para mis dos mejores amigas. Pero... ¿va a ser todo tan fácil?, ¿de verdad ha estado cinco años sin salir con nadie?, ¿...