One shots /karate kid-cobra kai

3 [Robby Keene]

Advertencia: contenido +18❗

Muerdo mis uñas viendo la pelea sobre el tatami de Robby y Eli, los cuales ya están peleando por el punto ganador.
Los dos están en igualdad de condiciones y, si tuviese que decir quién es más probable que gane, no sabría decirlo. Solo espero que esto termine en paz.
Me levanto rápidamente de las gradas al ver a Robby caer, permitiendo que Eli marque su punto ganador. El rubio tiene una expresión de dolor, lo cual le dificulta levantarse.
Lo sigo con la mirada y, antes de irse, vuelve a colocarse la parte de arriba de su gi. Camina rápidamente hacia los vestidores con Tory detrás de él y decido bajar de las gradas para seguirlo, haciéndome paso entre las personas que saltaban y vitoreaban por Eli.
Sé que debería estar festejando junto a mi novio su título de campeón, pero no puedo evitar preocuparme por Robby.
Camino con pasos apurados hacia los vestidores y, cuando entro, la veo a Tory salir en dirección contraria hacia mí, dedicándome una mala mirada y un choque de hombros. Es lo esperado.
Continúo mi camino hacia el vestidor de Cobra kai y, una vez que entro, busco a Robby entre las filas de casilleros, pero no es hasta el último rincón del vestuario donde lo encuentro.
Está sentado en un banco, con sus antebrazos apoyados sobre sus piernas, inclinado levemente hacia adelante, y su cabeza gacha.

-Robby- digo bajo, haciendo que levante la cabeza y mire hacia el lado contrario donde estoy yo -¿estás bien?- me acerco con pasos lentos hacia él hasta sentarme a su lado

-Vete a festejar con tu novio- dice bruscamente, absorbe su nariz y se quita nuevamente la parte de arriba de su gi -se lo merece- no me dedica una mirada en ningún momento, solo me evita.

Chasqueo mi lengua y estiro mi mano hasta llegar a su mentón, el cual giro lentamente hacia mí para que me mire. Sus ojos demuestran tristeza y decepción, tiene el ceño levemente fruncido y demuestra a leguas que está enojado.

-Quiero estar aquí contigo, por eso vine- acaricio su mejilla con suavidad y miro fijamente sus preciosos ojos verdes, los cuales siguen brillando a pesar del sentimiento de tristeza que tiene.

-Soy un perdedor- dice luego de unos segundos en silencio -jamás podré ser campeón, y me odio por eso- niega con la cabeza y suspira, desviando la mirada y haciendo que suelte su mentón -por eso, vete con Eli, tú mereces estar con un campeón como él- se levanta del banco y camina hacia su casillero, donde probablemente tiene todas sus cosas.

-Tú no eres un perdedor- me apresuro en responder, siguiéndolo con la mirada -solo no eres como los demás, tú no eres un monstruo digno de estar en Cobra Kai, Robby- me levanto y me acerco nuevamente a él

Suelta una risa nasal, sarcástica, y me mira con una sonrisa de lado fingida.

-Claro, por eso entonces has decidido irte con él cuando se unió a Miyagi Do- asiente levemente con la cabeza -no necesito tus consejos ni tu consuelo, Emma, no pierdas tu tiempo- borra la sonrisa de su rostro y toma una toalla de su bolso, para luego pasarla por su frente y su torso.

-Sabes bien que no fue así- frunzo el ceño mirándolo -si comencé a salir con Eli, fue porque recibí todo su apoyo y amor cuando tú decidiste dejarme para unirte a Cobra Kai y seguir los consejos de tu sensei- alzo ambas cejas -yo nunca he dejado de amarte, y tampoco he podido superar que me dejaras de una manera tan...fría- bajo la mirada y trago saliva, evitando que la angustia se apodere de mi voz -pero tienes razón, mejor me iré- vuelvo a mirarlo y comienzo a caminar hacia la salida -solo recuerda que para mí siempre seras un campeón, y no hace falta tener un trofeo para serlo- le dedico una leve sonrisa antes de salir de allí.

Suspiro profundamente una vez que salgo, apoyando una mano en mi pecho ante la necesidad de soltar toda la angustia acumulada.
Robby aún no es consciente de que siempre lo elegiré a él por sobre todo y todos. Siempre será el amor de mi vida y, aunque a Eli lo ame, él no va a ocupar jamás su lugar.
Aclaro levemente mi garganta y parpadeo varias veces para que las lágrimas no salgan de mis ojos. Llego hacia la puerta que dirige al tatami donde pelean pero la voz de Robby me detiene.