002

245 51 29
                                    

¿Cómo es que se llamaba la atención de algun hombre?

Yunah sabía que para captar la atención de Suguru debía verse radiante y segura, pero no tenía ni idea de cómo lograr que él la notara sin que pareciera que su interés formaba parte de una misión secreta. La ansiedad la envolvía al pensar en cómo enfrentarse a él después de casi diez años de separación. Las fotos que Yaga le había mostrado revelaban a un Suguru que, aunque el tiempo había pasado, seguía manteniendo ese magnetismo que la hacía sentir como si el pasado no hubiera transcurrido.

—Ay, no sé qué hacer —se lamentó Yunah, exasperada. Se dejó caer pesadamente sobre la mesa, dejando que su rostro se escondiera entre sus manos, incapaz de ocultar su frustración.

Mei Mei, que se encontraba al otro lado de la mesa, soltó una risita mientras observaba la escena con una mezcla de curiosidad y diversión. Sus ojos brillaban con picardía mientras deslizó el fajo de dinero en su monedero.

—¿Sabes qué podrías hacer? Tal vez considerar la idea de tener un bebé. ¡Imagínate la experiencia de crear una vida con alguien tan impresionante! Toda una experencia —bromeó Mei Mei con un tono cargado de ironía y diversión.

Yunah levantó la cabeza de la mesa, sus mejillas rosadas de vergüenza y sorpresa. Miró a Mei Mei con una expresión de indignación mezclada con incredulidad.

—Oye, ¡no pienses así de mi hombre! Esto es serio. No se trata solo de una broma —replicó, con su voz temblando un poco.

Mei Mei soltó una risa juguetona, sin dejar de mirar el dinero con una expresión de ligera avidez.

—Mis disculpas, pero es inevitable pensar en el tipo de hombre que es. Es una mezcla de atractivo y misterio, ¿no? —dijo Mei Mei con una sonrisa traviesa, antes de volver a centrar su atención en el dinero que estaba organizando.

Shoko, que había estado observando la conversación con una sonrisa irónica mientras su cigarrillo se consumía lentamente, se acercó un poco, acercando el borde de su silla a Yunah.

—Parece que te han asignado una misión bastante complicada. No puedo creer que aún sientas lo mismo por él después de todos estos años. Parece que el tiempo no ha hecho mella en esos sentimientos —comentó Shoko, sus palabras iban cargadas de comprensión y un toque de nostalgia.

Yunah asintió, sintiendo el peso de las palabras de Shoko mientras tomaba un profundo respiro. El recuerdo de Suguru, junto con la idea de volver a verlo, la llenaba de una mezcla de nervios y esperanza.

—Lo sé, pero la idea de enfrentarme a él después de tanto tiempo es aterradora. Quiero que todo salga bien, pero no sé cómo hacerlo sin que parezca una misión encubierta. ¿Algún consejo? —preguntó Yunah, su voz cargada de desesperación y anhelo.

Shoko y Mei Mei intercambiaron miradas de complicidad antes de que Shoko se inclinara hacia adelante —Sabemos que Suguru tiene un tornillo mal desde lo que paso, necesita cariño y comprensión, cosa que tu sola podrías darle, además mirate, estas preciosa, obviamente él debe aun sentir algo 

Yunah sonrió y se levanto a abrazarla, eso le abrio la mente para su plan

...

—Señor Geto —dijo una mujer de cabello rosa mientras se acercaba con su tableta en mano, lista para entregarle el reporte y los planes semanales.

Suguru levantó la vista, interrumpiendo su tarea. Estaba ocupado cepillando su largo cabello oscuro y no pudo evitar notar la admiración en los ojos de la mujer, que parecía visiblemente cautivada por su atractivo.

—Espera —le dijo Suguru, su tono tranquilo y autoritario. La mujer suspiró levemente, claramente impresionada por la presencia del hombre que tenía delante. Finalmente, Suguru soltó su mechón de cabello y se giró hacia ella— Ahora sí, dime.

Please - Suguru GetoWhere stories live. Discover now